Abascal anuncia otra moción de censura contra Sánchez pero sin fecha ni candidato
El líder de Vox contactará con el PP para buscar un aspirante “que no milite en ningún partido y con experiencia de gobierno”. Acusa a Sánchez de preparar un autogolpe como el de Castillo en Perú
En un mensaje grabado de poco más de tres minutos, presentado como “declaración Institucional”, y flanqueado por una bandera de España, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha anunciado este viernes una moción de censura, la segunda que presenta su partido en esta legislatura, aunque sin dar fecha alguna para su formalización. Se ha limitado a informar de que Vox iniciará conversaciones con otros grupos para buscar “un candidato neutral, con experiencia de gobierno, que no milite en partido político alguno y se comprometa a convocar elecciones [generales] inmediatas”.
En lo que sí se ha extendido el líder ultra es en exponer las razones por las cuales “ha llegado el momento de presentar una nueva moción de censura”, tras la que fracasó en octubre de 2020. Abascal ha recurrido a las enmiendas al Código Penal presentadas este viernes en el Congreso por PSOE y Unidas Podemos para asegurar que el presidente Pedro Sánchez ha perpetrado un “nuevo ataque a la Constitución”. Y que “ultima el asalto al poder judicial” acabando con “los últimos vestigios de la separación de poderes” en España y “amenazando directamente los derechos y libertades de todos los españoles”.
‼️ #ÚLTIMAHORA
— VOX 🇪🇸 (@vox_es) December 9, 2022
Declaración institucional de @Santi_ABASCAL ante el golpe de Pedro Sánchez a la separación de poderes.
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Esto es lo que supone, a su juicio, rebajar de tres quintos a mayoría simple los votos necesarios para que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) elija a sus dos candidatos al Constitucional; eliminar la obligatoriedad de que los magistrados designados por el Gobierno y el CGPJ tengan que ser nombrados a la vez, y suprimir el examen de idoneidad de los aspirantes por parte del tribunal de garantías. Para Abascal, el jefe del Gobierno está “preparando un escenario que le permitiría dar el autogolpe que ha dado Pedro Castillo en Perú y no habría capacidad legal de detenerlo o de juzgarlo”. Lo que llevó a la detención del expresidente peruano fue su intento de disolver el Congreso y decretar el estado de excepción para evitar ser destituido.
Sin referirse a la propuesta de Vox, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo ha acusado al Gobierno de recrudecer contra reloj “sus ataques a las instituciones y a nuestro Estado de derecho” y ha señalado que su partido presentará “los recursos de inconstitucionalidad que procedan”, además de elevar la cuestión a la Unión Europea y, en el caso de que su partido logre el poder, de volver a tipificar como delito la sedición. Por la tarde, en la presentación de un libro sobre su figura, Feijóo describió a Pedro Sánchez como “el presidente más autoritario de la democracia”.
Aunque el líder de Vox recurre a acontecimientos de los últimos días, hace casi cuatro semanas, el 14 de noviembre, ya instó al PP a presentar una moción de censura contra Pedro Sánchez y a buscar un “candidato de consenso” para encabezarla, aunque admitió que no descartaba apoyar al propio presidente popular, Alberto Núñez Feijóo, si se postulaba. Abascal reconoció entonces que no había hablado del tema con el propio Feijóo, pero este le contestó públicamente que la única moción de censura que contemplaba es la que pondrían los españoles al Gobierno en las urnas, en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2023.
Vox dispone de 52 diputados, mucho más de los 35 (el 10% de la cámara) necesarios para presentar por sí solo una moción de censura en cada periodo de sesiones. Sin embargo, Abascal se ha resistido a volver a presentarla tras la experiencia que supuso el fiasco de la primera. No solo no logró recabar ni un solo voto al margen de los suyos, sino que se llevó un severo varapalo del entonces líder del PP, Pablo Casado, que supuso la definitiva ruptura entre ambos. La incongruencia de emplear un discurso catastrofista contra el Gobierno (hoy ha hablado de “patria y democracia heridas”) y no hacer uso de todos los recursos parlamentarios a su alcance para cambiarlo volvía su posición insostenible.
Abascal sabe que los números no cuadran, incluso aunque el PP y Ciudadanos se sumaran a su iniciativa. Por eso, ha pedido a toda la derecha que actúe con “sentido de Estado”, ha asegurado que “es deber de toda la oposición” presentar la moción de censura y ha advertido de que “todos los diputados del Congreso deben retratarse ante este nuevo golpe a la Constitución”. Y eso, ha apostillado, “sea cual sea el resultado”.
Abascal no ha despejado la incógnita de que en qué momento formalizará Vox su nueva moción de censura y si presentará a otro candidato o acabará por postularse él mismo, como hace dos años. También entonces Vox especuló con la posibilidad de buscar un candidato de consenso, pero, tras unas semanas de rumores, Abascal no quiso desaprovechar el foco mediático que le brindaba el cara a cara con Sánchez. En este momento, en que el partido ultra está a la baja en todas las encuestas y Feijóo no puede intervenir en el debate de la moción en el Congreso, la tentación de utilizarla para recuperar protagonismo es aún más fuerte. Pero la única posibilidad que tiene Vox de atraerse votos de otros grupos es buscar a un candidato “con experiencia de gobierno” procedente de las filas de UCD, del PP e incluso del PSOE.
La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha acusado a Pedro Sánchez de dar un “autogolpe” y ser “un aprendiz de dictador” con la reforma que ha planteado para modificar el sistema de elección del Constitucional, y ha apelado al PP y a Vox para promover una moción de censura contra el presidente. Pero, pese a utilizar casi los mismos argumentos que Abascal, no le ha dado su apoyo porque opina que quien tiene que formalizarla es Feijóo.
Fuentes próximas a la líder de Ciudadanos aseguran que Arrimadas ya ha hablado con Abascal de su iniciativa y lo volverá a hacer en los próximos días. También ha contactado con el PP para convencerle de que Feijóo dé un paso al frente, aunque se muestra renuente. Pese a eso, Arrimadas volverá a intentarlo con el PP, pues cree que, aunque la moción fuese derrotada, serviría para trasladar a la sociedad la gravedad de la situación.
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