Los nietos de la diáspora vuelven a Galicia para paliar la falta de camareros: “Es una oportunidad increíble”

La tercera generación de la emigración gallega puede ser el salvavidas de un sector hostelero que acusa la mayor crisis de empleo de su historia en la provincia de Pontevedra, la más turística de Galicia. La falta de mano de obra en este gremio se arrastra desde la pandemia, cuando el cierre obligado de los establecimientos, provocó la desbandada generalizada de trabajadores en busca de otros empleos más estables y menos estacionales. El sector ha cifrado en 6.000 los puestos de trabajo que han quedado sin cubrir este verano, para desesperación de los empresarios. Ahora, un proyecto conjunto de la Federación de Empresarios de Turismo y Hostelería de Pontevedra y la Fundación Nortempo, enmarcado en el programa Retorna de la Xunta, abre la posibilidad de encontrar parte de la solución en la diáspora gallega con el retorno de los primeros 100 nietos de emigrantes gallegos para empezar a cubrir la demanda en establecimientos hosteleros y, al mismo tiempo, garantizar el relevo generacional en este sector.

Enmarcado en el programa Retorna Cualifica Emprego de la Xunta de Galicia, la Fundación Nortempo es la encargada de identificar talento entre los candidatos de la diáspora gallega, procedentes, mayoritariamente, de Argentina, Uruguay, Venezuela, Brasil o Cuba. Los primeros 50 candidatos para viajar a Pontevedra ya han sido seleccionados tras analizar su perfil y comprobar que cumplen los requisitos exigidos. Todos ellos tienen nacionalidad española, con un mínimo de un año de residencia fuera de España, y han acreditado su vinculación con Galicia. El programa cubre los gastos de viaje, les proporciona una ayuda para la vivienda y manutención durante el primer mes de estancia, asesoramiento para realizar todos los trámites necesarios en el proceso de acogida y formación básica y de adaptación a la normativa sobre hostelería.

El plan estima en 800 el número de profesionales preparados ya para entrar en esta oferta laboral desde el exterior y que también se extenderá a otras provincias gallegas con alta demanda de empleo paulatinamente. “Estamos ante un problema que no solo ha sobrevenido por los efectos de la pandemia y el vacío de mano de obra, sino por el envejecimiento de la población, cuyas consecuencias estamos sufriendo principalmente en Galicia, lo cual ha dejado al sector de la hostelería sin cambio generacional y este es un problema mayor y de futuro”, incide César Ballesteros, hostelero de Vigo y directamente implicado en el programa como presidente de la federación de empresarios de la provincia de Pontevedra.

Ballesteros cree que este plan de empleo abre una esperanza, pero requerirá su tiempo para no generar incertidumbres. “No se trata de cantidad sino de calidad, si lo que queremos lograr es fijar población, porque hay que ver la respuesta a medio plazo que pueda tener entre los empresarios, que no están habituados a contratar sin un contacto previo con el candidato. Los seleccionados por su perfil llegan a Galicia con el documento contractual bajo el brazo, y también que el proceso de adaptación sea como esperamos, sin problemas colaterales que pueden surgir”, explica.

Ballesteros subraya que “por el momento hay optimismo ante la primera experiencia de este tipo” y defiende como “lo más sensato” haberla impulsado con emigrantes retornados. Destaca que la estacionalidad marca el sector turístico en la provincia de Pontevedra, donde supone un 13% del PIB, frente a casi el 9% de la hostelería.

La federación de turismo y hostelería de Pontevedra es la que se encarga de buscar trabajo entre sus 800 socios. “Nosotros buscamos los hosteleros y nos ocupamos de asesorar laboralmente al demandante de empleo. También le daremos una formación de adaptación al sector, en medidas higiénico-laborales, permisos o manipulación de alimentos”, explica el presidente de la entidad y también director del Hotel Bahía de Vigo. La idea es que estos trabajadores se incorporen a los establecimientos hostelereos en un plazo de dos a tres meses, coincidiendo con la campaña de Navidad, que, por ejemplo, en Vigo es “muy potente”. “La respuesta está siendo rápida y numerosa”, constata Ballesteros.

Desde el Grupo Nortempo y su fundación, que interviene como empresa de recursos humanos, su presidente, Bartolomé Pidal, también destaca la mayoritaria respuesta que está teniendo el Programa Retorna y la buena acogida por parte de la federación pontevedresa de hostelería. “El hecho de que ya nos estemos acercando al millar de profesionales de diversos sectores que están listos para regresar a Galicia e incorporarse al mercado laboral, y que el sector hostelero cuente con gran demanda que podamos cubrir, creemos que es un buen síntoma de que estamos dando por fin una salida a la crisis de mano de obra y demográfica que padecemos”, incide Pidal.

Según los objetivos marcados en este convenio de colaboración, la Fundación Nortempo se compromete a seguir buscando en el mercado laboral a estos trabajadores en la diáspora gallega a lo largo de 2024, mientras el sector hostelero, a través de la federación de Pontevedra, irá cubriendo las necesidades laborales con estos candidatos seleccionados.

De Cuba a Galicia: “Ya pensamos en quedarnos aquí”

La llegada de estos nuevos trabajadores a Galicia ya se ha iniciado. Los hermanos Ernesto y Alian Garay Calviño, de 25 y 21 años, son nietos de emigrantes de Pontevedra. Llegaron de Cuba y desde el 11 de octubre están trabajando dentro del programa Retorna como cocineros. Se enteraron de esta oferta de empleo a través de las redes sociales y se inscribieron el 10 de agosto. La semana siguiente ya recibieron contestación: “Solo tenemos palabras de gratitud porque es una oportunidad increíble, y estamos muy contentos, tanto que, si podemos, ya pensamos en quedarnos aquí”, afirma Ernesto.

“Los trámites fueron rápidos, ya que en unos días pudimos comprar los billetes de avión, y al llegar ya teníamos alojamiento y una ayuda de 1.300 euros”, continúa el mayor de los hermanos Garay. “El contrato laboral es de un año, y después pasaremos una evaluación final, así que nuestra esperanza es finalmente superarla, porque estamos muy contentos en este trabajo que nos han asignado. Nos sentimos muy privilegiados de poder estar en la tierra de nuestros abuelos y haber tenido esta acogida que ha sido emocionante”, describe Ernesto.

Residentes en la localidad de Santa Clara, una ciudad situada en el centro de la isla y a 280 kilómetros de La Habana, es la primera vez que viajan a Galicia. Ambos habían hecho cursos de hostelería y tenían experiencia en el sector como cocineros, una formación que les ha facilitado su incorporación a este proyecto laboral. Ernesto y Alian llevan apenas una semana en la localidad coruñesa de As Pontes donde trabajan en el restaurante de comida española e italiana DeLaPiccola. Tienen horarios de mañana y tarde, y, por ahora, no han podido desplazarse a Pontevedra, la ciudad de sus ancestros, aunque aquí solo conservan un pariente lejano con el que no tenían relación.

“Nuestro futuro en Cuba era muy complicado y sin oportunidades, porque este país ya no es el que conocieron nuestros abuelos cuando emigraron. Ellos pudieron salir adelante, y ahora nosotros estamos aquí, viviendo una experiencia increíble y muy bonita”, comenta Alian. “EEUU nunca me gustó, todo es una leyenda en torno a las oportunidades, porque estuve allí y aquello es duro. Para abrirte un futuro incierto hay que trabajar un mínimo de 16 horas, y al llegar aquí he visto muchas diferencias a favor y muchas posibilidades”, apunta Ernesto.