El frente catalán del nuevo proyecto de Yolanda Díaz
Ada Colau se convierte en uno de los principales referentes institucionales de Sumar, y la vicepresidenta cuenta en su equipo de confianza con políticos catalanes de varias generaciones
Cataluña se ha convertido en uno de los referentes del proyecto político de Yolanda Díaz. Tras la dimisión de Mónica Oltra en Valencia y los malos resultados obtenidos por la izquierda en las pasadas elecciones andaluzas, los comunes de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, se han erigido en el principal puntal institucional que respalda Sumar, la plataforma de lanzamiento de ese futuro proyecto político que este viernes presentará oficialmente la vicepresidenta del Gobierno. Díaz cuenta, además, en su núcleo de confianza con un grupo de políticos catalanes de varias generaciones.
El apoyo de En Comú Podem al proyecto de Díaz es total. “Caminamos a tu lado para hacer que seas la futura presidenta”, le dijo Colau durante las jornadas municipalistas Sumar per guanyar (”Sumar para ganar”) celebradas el pasado 18 de junio. La alcaldesa, líder indiscutible del partido, puso a disposición del denominado “proceso de escucha” de la vicepresidenta a los “centenares de concejales, alcaldes y alcaldesas” de los comunes para “caminar a su lado, desde abajo, para sumar, multiplicar y ganar”. La sintonía entre las dos políticas se intensificó después de que Díaz, pese a formar parte del Gobierno, se desplazara en verano pasado a El Prat y apoyara a Colau en su no a la ampliación del aeropuerto.
La comunión es tan grande que, de hecho, esas jornadas municipalistas ya llevaron por lema “Sumar”, la misma idea central del proyecto de Díaz. “Estamos a tope con Yolanda”, indica un dirigente de la formación. “No hay fisuras entre la militancia ni entre la dirección”. “El apoyo es unánime por parte de todos, comenzando por Ada”, añade otra fuente de la ejecutiva, que atribuye a Díaz los éxitos del Gobierno en reforma laboral, trabajadoras del hogar o salario mínimo. “Tiene carisma, cierta dulzura y claridad al explicar las cosas”, apunta un tercero.
La apuesta de En Comú Podem por Díaz no es nueva: ya quedó reflejada en la ponencia política que aprobaron en noviembre y en la que mostraron su voluntad de convertirla en presidenta de España. Las afinidades personales pesan, pero varias fuentes de los comunes apuntan a que esa comunión obedece también a cierto guiño y complicidad periférica ―“Hay una cosa que a nosotros nos va muy bien: y es que es gallega”, dice un miembro de la dirección― ya que comparten la misma visión descentralizada y plurinacional del Estado, más firme, dicen, que Podemos. La vicepresidenta cuenta con el apoyo público que le brindan Colau, los diputados Jaume Asens y Gerardo Pisarello o el ministro de Universidades, Joan Subirats, pero, además, en el proyecto que está construyendo goza del respaldo de media docena de políticos y activistas catalanes con quienes coincidió en el pasado compartiendo trayectoria política.
Algunos forman parte de su equipo en Madrid. No proceden de movimientos sociales, sino que están más vinculados a extintas formaciones políticas como el PSUC e Iniciativa. Son Josep Vendrell, su actual jefe de gabinete en la vicepresidencia; Ramon Luque, histórico comunista catalán a quien Díaz conoció estando ambos en IU; el ex diputado de En Comú Podem Xavier Domènech; el eurodiputado Ernest Urtasun, referente de la vicepresidenta en Bruselas; y Candela López, coordinadora de los comunes, del equipo del ministro Subirats y representante catalana en el espacio confederal de Unidas Podemos.
Vendrell es el jefe de gabinete de Díaz en el Ministerio de Trabajo y ambos mantienen muy buena relación desde que eran diputados rasos. Cuando entró en el Gobierno, Díaz realizó dos fichajes de los comunes en el Parlament: Vendrell, que era coordinador del grupo, y el madrileño Rodrigo Amirola, que entonces era jefe de gabinete de Jéssica Albiach, líder de la formación de izquierdas en la Cámara. A Vendrell se le atribuye un papel de puente entre Madrid y Barcelona. Discreto, siempre ha estado en la cocina del partido, en el Gobierno tripartito de izquierdas, en el Parlament y ahora en el ministerio.Tiene una larga trayectoria de vinculación a Iniciativa, donde dirigió la juventud comunista. “Es un todoterreno. Un tractor que no frena”, le describe un compañero que apunta que fue el artífice de que los comunes hayan fijado en su horizonte programático la república plurinacional federal.
Ramón Luque, a sus 70 años, es “un histórico comunista de espíritu joven”, como le define un veterano dirigente de la izquierda catalana. “Desde Bandera Roja ha estado en todas las salsas desde la Transición”: PSUC, PSUC Viu, EUiA. Profesor de Historia y concejal de L’Hospitalet, fue secretario general de Medio Natural con el tripartito y formó parte de la dirección federal de Izquierda Unida. “Es un átomo libre, en el grupo nuclear de Yolanda no tiene ningún cargo, le asesora”, indica la misma voz. Luque fue clave en las negociaciones para la formación de la nueva candidatura: “Tiene olfato y fue de las primeras personas que, estando en la dirección de IU, se fijó en Pablo Iglesias e Íñigo Errejón, a quienes también asesoró”.
El propio Luque explica que lleva “más de 12 años colaborando y trabajando para Yolanda Díaz”. “Es lo que seguiré haciendo allí donde me indique”, apunta. La relación se remonta a los años en los que Luque dirigió la secretaría de política electoral de IU, y se intensificó cuando, a partir de 2012, este veterano se involucró en la creación de la Alternativa Galega de Esquerda. Al ser designada Díaz vicepresidenta tras la marcha de Pablo Iglesias, trabajaron juntos de nuevo.
Tras construir la candidatura de En Comú Podem, Xavier Domènech ganó las elecciones generales en Cataluña en 2016. Fue una lista que la izquierda construyó en tiempo récord y que logró la victoria en las urnas contra todo pronóstico. El proceso tiene algún paralelismo con lo que está intentando ahora Díaz. Retirado de la primera línea de la política desde 2018, el exdiputado ha participado en varias reuniones con otros activistas y miembros de la izquierda que asesoran a la vicepresidenta, aunque no está detrás del diseño de su estrategia. Aporta sus ideas de la misma forma que en el pasado lo hizo con Podemos. De hecho, quien ostenta un papel más central en el proyecto es Ernest Urtasun, eurodiputado de los comunes y la persona de confianza de Díaz en Bruselas.
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