14 trabajadores de la limpieza de Madrid sufrieron “mareos y vómitos” por la ola de calor solo durante el fin de semana
Los sindicatos y las empresas concesionarias del sector se reúnen al mediodía para tratar de mejorar las condiciones laborales de los empleados, sin que asista el Ayuntamiento
Al menos 14 trabajadores de la limpieza de Madrid sufrieron mareos solo durante el fin de semana, según los datos ofrecidos a EL PAÍS por el sindicato UGT este martes. No tienen constancia, eso sí, de golpes de calor, como el sufrido el viernes por el barrendero José Manuel González, de 60 años, que murió mientras limpiaba en Puente de Vallecas. González se desplomó de golpe a las cinco de la tarde en una de las calles del distrito. Su temperatura corporal era de 41,6 grados cuando llegaron los servicios de emergencia. Horas más tarde, falleció. El viernes fue el día más cálido en Madrid en al menos 102 años, según la estación de la Agencia Estatal de Meteorología.
Una portavoz del sindicato UGT confirma por teléfono que de los 14 trabajadores que sufrieron mareos durante el fin de semana, varios presentaron además “vómitos y descomposición”, pero sin pérdida de conocimiento. Algunos eran conductores de camiones de la basura. La gestión de la limpieza de las calles de la capital está subcontratada en seis lotes, que se dividen entre los 21 distritos de Madrid.
Los 14 trabajadores de la limpieza afectados físicamente por el calor se dividen geográficamente así: en el lote número uno, que incluye Centro, Tetuán y Chamberí fueron dos barrenderos; en el lote dos, un trabajador mientras barría la zona del Retiro; en el lote tres, que se distribuye por Fuencarral-El Pardo, Moncloa-Aravaca y Latina, dos limpiadores; en el lote cuatro, que encierra la zona de Hortaleza, Barajas, Ciudad Lineal y San Blas, cuatro trabajadores; en el lote cinco, que se reparte por Puente de Vallecas, Moratalaz, Villa de Vallecas y Vicálvaro, otros dos y, por último, en el lote número seis, que aglutina las zonas de Usera, Villaverde y Carabanchel, tres barrenderos más.
González, que falleció el viernes, trabajaba en el lote cinco. Tenía 60 años y un contrato temporal de un mes. El viernes le había cambiado el turno a un compañero. Su hijo Miguel, de 21 años, reclamaba el lunes en EL PAÍS mejorar las condiciones de todos los barrenderos de la capital. “Yo pienso que trabajar a 42 grados, sin sombra y con esa ropa... es inmoral. No debe ocurrir. Todos sabemos que esto se puede evitar, pero hasta que no pasa algo así, no se dan cuenta [...] Sé que era consciente de que esto le podía pasar, pero lo hacía porque quería conseguir un contrato largo. Estoy convencido de que él no paró de limpiar esa calle hasta que se desmayó. Pensaría que no le iban a renovar y estaba dándolo todo con tal de demostrar que valía. Esto, para mí, es inhumano y debe hacernos a todos reflexionar. No son condiciones. Y mi padre lo ha vivido”.
Este martes, a las 12 del mediodía, está prevista una reunión entre los sindicatos y las empresas adjudicatarias para tratar de mejorar las condiciones. Urbaser, donde trabajaba el barrendero fallecido el viernes, no ha querido hacer ninguna declaración a este periódico.
El nuevo contrato
Desde el 1 de noviembre, la limpieza de las más de 9.000 calles y las casi 3.800 zonas verdes de la ciudad corresponden ya a la gestión del alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida. La capital ha dicho adiós a los polémicos contratos que firmó la popular Ana Botella allá por 2013. La excalcaldesa cerró un acuerdo blindado de limpieza que dividía a la ciudad en seis bloques, con calles principales y secundarias. El caos fue tal, que una calle como la de Velázquez, en el distrito de Salamanca, no se consideraba principal; mientras que en barrios como Lavapiés o Malasaña solo las calles de Argumosa, Fuencarral y San Bernardo obtenían un trato prioritario. Los contratos fueron adjudicados a cuatro grandes empresas del sector: Cespa, Valoriza, Obrascón y OHL-FCC.
El Ayuntamiento invertirá ahora 1.636 millones de euros en limpieza ―el 32% del presupuesto anual, que ronda siempre los 5.000 millones― en un proyecto que durará hasta 2027, y 435 millones para otro de zonas verdes, que se alargará hasta 2025. La letra pequeña, sin embargo, sigue en los trabajadores destinados en las calles. Con este nuevo contrato, la plantilla aumentará en 2.000 trabajadores; es decir, pasarán de los 3.904 de ahora a los 5.904, según confirma el área de Medio Ambiente. Pese a este aumento, la ciudad todavía no recuperará los barrenderos que tenía hace una década, que llegaban a los 6.315. Para ello harían falta otros 411 contratos más.
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