Cuadrillas de albañiles y pintores hacen el paseíllo en Las Ventas tras muchos años de olvido y abandono
La reforma supondrá la pérdida de casi 5.000 localidades porque desaparecen dos filas de la andanada y otras dos de la grada
La plaza de Las Ventas está de suerte. La Comunidad de Madrid, propietaria del coso, ha contratado a cuadrillas de técnicos, albañiles y pintores para que completen una faena para la que se han presupuestado 20 millones de euros y que debe culminar a finales de 2024 con un edificio remodelado y limpio, sin los desconchones, las grietas y el deterioro general que luce desde hace años.
Ayer, día 1 de diciembre, se ha celebrado el primer paseíllo y han comenzado las obras.
El Gobierno madrileño del Partido Popular, en el poder desde 1995, ha ingresado en sus arcas alrededor de 105 millones de euros en concepto de canon abonado por las distintas empresas arrendatarias, pero la administración autonómica ha sido cicatera a la hora de reinvertir en la plaza ese dinero, como así le obliga la ley de presupuestos regional.
Esta es la historia de un edificio inaugurado en 1931, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en 1994, que ha sido y es santo y seña de la tauromaquia, pero que ha sufrido el olvido y el abandono de sus dueños, amparados, quizá, en la bonanza taurina de épocas florecientes en las taquillas, y más preocupados por la recaudación que por el mantenimiento de la plaza.
Ahora, tras las más de 60 solicitudes de información del Grupo Socialista de la Asamblea Regional, las denuncias de la Asociación El Toro de Madrid y de aficionados particulares, como es el caso de la periodista Julia Rivera, especialmente activa en Twitter, donde ha publicado 265 fotografías sobre el deterioro del edificio y cuya colaboración ha sido fundamental para la elaboración de este reportaje, el gobierno regional parece despertar de un largo letargo y ha decidido emprender la faena que ha estado pendiente durante mucho tiempo.
Diego Cruz Torrijos y José Luis García Sánchez, diputados socialistas autonómicos, acusan al ejecutivo madrileño de “reiterada opacidad” en este asunto, y están convencidos de que ha habido “una dejación absoluta, y que el mantenimiento que exige un edificio BIC, con independencia de que se celebren o no espectáculos taurinos, no ha sido el correcto”.
La reforma en marcha supondrá la pérdida de dos filas de la andanada y otras dos de la grada
Hace solo unos días, tras el anuncio de las obras, Enrique López, consejero de Presidencia, enfatizaba el compromiso taurino: “Nuestra región es taurina, y queremos que el coso venteño siga siendo la mejor plaza de toros del mundo. La Comunidad de Madrid es firme defensora de la tauromaquia”.
Más autocrítico e igualmente satisfecho se ha mostrado en una conversación con este periódico Luis Miguel Torres, director general de Seguridad y Protección Civil de la Comunidad, quien señala, en primer lugar, que el actual proyecto de reforma parte de la decisión del gobierno regional de dedicar la plaza exclusivamente a los festejos taurinos y rechazar la propuesta de un espacio multiusos, que hubiera obligado a la reducción de 8.000 localidades.
Reconoce, no obstante, que es la exigente normativa de seguridad la impulsora de los trabajos de rehabilitación del edificio que, a su vez, también supondrán la pérdida de aforo, que pasará de 23.477 asientos a 18.600, lo que implica una reducción efectiva de 4.877 localidades porque desaparecen dos filas de las andanadas y otras dos de las gradas. A última hora, la Consejería de Presidencia matiza el dato y asegura que el aforo de la plaza no bajará en ningún caso de las 20.000 localidades.
De todos modos, y al margen del contenido de las obras en marcha, Torres afirma que “seguramente, el importe entre lo que la Comunidad ha recaudado por el canon y lo invertido en tauromaquia sea equilibrado”.
Es decir, y así lo confirma el director general, que el presupuesto del Centro de Asuntos Taurinos, que en 2022 es de 3.015.357 euros, y que en el proyecto para 2023 está previsto que ascienda a 6.636.823 euros, también va con cargo al canon, con lo que la ‘reinversión’ en toros supera lo recaudado anualmente por la Comunidad, sin necesidad de que se acometa obra alguna de mantenimiento de la plaza.
Las cantidades que las distintas empresas adjudicatarias de la plaza han pagado a la Comunidad desde 1995, año en que el PP gana las elecciones en Madrid, son las siguientes:
- De 1995 a 2004. Presidencia de Alberto Ruiz Gallardón hasta 2003. Empresa adjudicataria: Toresma (Hnos. Lozano). Gestión compartida con la Comunidad. Pagos por anualidades: 1995: 3,41 millones de euros; 1996: 3,58 millones; 1997: 3,66 millones; 1998: 4,57 millones; 1999: 4,58 millones; 2000: 4,74 millones; 2001: 5,28 millones, y durante los años 2002, 2003 y 2004 los empresarios pagaron una cantidad aproximada a los 6 millones de euros por cada uno de ellos.
- Años 2005 y 2006. Desde 2003, la presidencia de la Comunidad fue ocupada por Esperanza Aguirre hasta 2012. Empresa: Taurovent. Pagos por anualidades: 5.175.000 euros cada año.
- De 2007 a 2011. Empresa Taurodelta. Pagos por año: 5.175.000 euros.
- De 2012 a 2016. Presidencia de Ignacio González hasta 2015. Empresa: Taurodelta. Pagos por año: 2.325.000 euros.
- De 2017 a 2019. Presidencia de Cristina Cifuentes hasta 2018 y Ángel Garrido hasta abril de 2019. Empresa: Plaza 1. Pagos por año: 2.800.000 euros.
- En 2020, (Isabel Díaz Ayuso asumió la presidencia en agosto de 2019). En 2020, año de la pandemia, Plaza 1 estuvo exenta del pago del canon; en 2021 pagó algo más de un millón de euros por un acuerdo de reequilibrio económico alcanzado con la Comunidad, y ha abonado 2.800.000 euros en 2022.
El resultado final de lo recibido por la Comunidad de Madrid oscila entre los 105 y 107 millones de euros, sin que se conozca lo que esta ha reinvertido en el mantenimiento de la plaza.
“El importe resultante entre lo que la Comunidad recauda por canon y lo que invierte en tauromaquia es equilibrado”, Luis Miguel Torres, director general de Seguridad
De todos modos, Luis Miguel Torres insiste en el que importe final es equilibrado, “incluyendo todos los gastos derivados del apoyo a la tauromaquia”, y que “no hay Comunidad ni país que gaste más dinero que Madrid en la tauromaquia, que es una inversión en nuestras tradiciones y nuestra cultura”. Recuerda, asimismo, las ayudas a las ganaderías derivadas de la pandemia y las partidas dedicadas a la Copa Chenel, el Certamen de Novilladas, el Torneo Manuel Vidrié de rejoneo y el Trofeo Esteban Ferre de recortadores, actividades todas ellas con cargo al presupuesto de 2022.
Admite que la imagen que ofrece el edificio de la plaza “es deprimente, y seguro que se podrían haber acometido otros proyectos y en plazos más cortos”, y añade que “ha habido obras que se han pospuesto en el contexto del tiempo transcurrido entre el proyecto del espacio multiuso y la reforma definitiva como exclusiva plaza de toros”.
“Se ha podido dar una sensación de abandono que no responde a la realidad; se han acometido reformas, pero no grandes proyectos a la espera del proyecto definitivo de transformación; es verdad, sin embargo, que debemos recuperar el tiempo perdido”, concluye.
Respecto a la limpieza, recuerda que es una responsabilidad de Plaza 1, la empresa adjudicataria, aunque admite que el control no ha sido el más adecuado. “Hay cuestiones que se nos pueden escapar”, señala. “Prueba de nuestro interés”, añade, “es que ya está aprobada la incorporación de un funcionario al Centro de Asuntos Taurinos cuya responsabilidad será el seguimiento del cumplimiento de las condiciones del pliego”.
La primera cuadrilla ya ha cambiado la seda por el percal. En la plaza de Las Ventas ya trabajan albañiles y pintores. Lo que el edificio desconoce es que, si no fuera por las exigentes normas de seguridad, quizá seguiría solo y abandonado.
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