La herencia “sin conflictos”, pero sin resolver, de Carlos Falcó
Nueve meses después del fallecimiento del marqués de Griñón, sus hijos y su viuda siguen negociando un acuerdo que satisfaga a todas las partes
Nueve meses después de la muerte de Carlos Falcó a causa del coronavirus, sus herederos mantienen la discreción que les ha caracterizado siempre, pero el legado de su padre continúa sin repartirse. Mientras sus cinco hijos mantienen silencio al respecto y no se pronuncian salvo para alabar la figura de su padre o añorar su presencia, lo poco que se sabe sobre la situación de los bienes que dejó al fallecer se va conociendo por las declaraciones que hace su viuda, Esther Doña, normalmente a través de las revistas del corazón a la que es tan aficionada.
Este miércoles Esther Doña, que contrajo matrimonio con Carlos Falcó en julio de 2017 en una boda civil a la que solo asistieron cinco personas y ninguno de sus hijos, aparece en la portada de la revista ¡Hola! y se reafirma en la relación cordial que mantiene con los hijos del que fue su esposo pero también desvela que nueve meses después los términos de la herencia siguen negociándose.
Doña, que tenía 40 años menos que el marqués de Griñón, abandonó hace unos meses el palacio de El Rincón, propiedad que él recibió como herencia de manos de su tía Paloma Falcó en 1994 y que fue el domicilio conyugal de la pareja. Su viuda se trasladó a su antigua vivienda de soltera, situada a las afueras de Madrid, y argumentó, como repite ahora, “estar muy feliz con la decisión” porque vivir en la que dijo era su casa de El Rincón “no tenía sentido”. “Estaba demasiado alejada de todo, sola... Y muchísimos recuerdos... He vuelto varias veces, y cada vez se me hace más difícil y más duro. Al no estar Carlos, no tiene sentido ir”.
Estas palabras no esconden que la propiedad necesita muchas reformas y que una de las ideas que valoran el resto de herederos es venderla o acometer las obras necesarias para su reforma sin que exista una persona, Esther Doña, que sea la usufructuaria de la misma. Porque esa es la situación que también deja clara la viuda de Carlos Falcó: “Estoy contenta con la decisión de mi marido. Me dejó como usufructuaria de todos sus bienes. Se están cumpliendo algunas de sus voluntades y estoy segura de que así seguirá siendo”.
Una situación que explica que aunque Doña haya abandonado la que fue su residencia durante su matrimonio, las negociaciones para resolver la herencia de Falcó aún continúen. Sea cual sea el reparto de la misma y la voluntad del marqués de Griñón respecto al reparto de los bienes, si dejó a su esposa como usufructuaria todos deberán llegar a un acuerdo sobre el valor de ese usufructo si quieren soslayarlo.
En la entrevista con Esther Doña ella insiste en que “no hay conflictos” entre las partes pero que “estas cosas llevan su tiempo”. “Siempre he demostrado mi buena voluntad y creo que llegaremos a un acuerdo”, afirma. Y remacha: “Estamos trabajando para llegar a un acuerdo en el que todos estemos satisfechos”.
Buenas palabras que no ocultan la tensión que se supone a una situación de este tipo y que de alguna forma confirma la misma Esther Doña cuando al ser preguntada por si mantiene actualmente contacto con los cinco hijos de Carlos Falcó afirma: “No tenemos relación, pero que no tengamos relación no significa que estemos enfrentados”. Puede que sea como lo relata, pero sus palabras también retratan la fría relación que ha tenido con ellos desde que se relacionó con su padre, pese a que todos hayan mantenido las formas.
El tiempo que ha pasado desde el fallecimiento de Carlos Falcó no ha sido sencillo para gran parte de su familia. Su viuda tuvo que cambiar radicalmente de forma de vida. Recientemente ha muerto también su padre, pero a cambio parece haber retomado proyectos que había dejado aparcados mientras fue la pareja del conocido bodeguero. Desde el inicio de la nueva temporada televisiva en septiembre, es una de las colaboradoras del programa Las mañanas de la 1 y parece decidida a recuperar la alegría en su vida. “Soy una enamorada del amor y una persona que necesita una pareja. Carlos me decía: ‘El día que yo ya no esté en este mundo, lo primero que haré será buscarte una pareja”, dice Doña en su reciente entrevista. De momento desmiente que esa nueva persona haya aparecido en su vida y asegura que se arropa en amigos y en su familia.
Para el resto de la familia, 2020 ha sido un año especialmente duro. Los cinco hijos de Carlos Falcó, Manuel, Xandra, Tamara, Duarte y Aldara, se han enfrentado a la muerte de su padre, que ocurrió en plena pandemia y les impidió, como a tantas familias españolas, estar a su lado en sus últimos momentos.
Cinco meses después la tragedia volvió a hacerse presente, y de forma muy especial para Xandra Falcó, que perdió a su marido Jaime Carvajal Hoyos de manera inesperada a los 56 años por un problema cardíaco. La pareja, padres de tres hijas, acababa de regresar de Mallorca, donde posee una casa de verano en la localidad de Valldemosa. El matrimonio, pese a su relevancia social, llevaba una vida muy discreta, alejada de la vida pública. El banquero fue todo un pionero en la lucha de las mujeres por acceder a los títulos nobiliarios y le cedió a su madre el marquesado de Almodóvar del Río. Xandra Falcó, por su parte, ostenta en la actualidad el de marquesa de Mirabel.
El 20 de octubre la tragedia volvía a llevar la tristeza a la familia con la muerte de su tío Fernando Falcó, que estaba muy unido a su hermano Carlos y a todos sus hijos, tras unas semanas hospitalizado. Pase lo que pase con la herencia, el año que está a punto de terminar no será uno cualquiera en la vida de esta familia de origen noble que se mantuvo unida gracias al empeño de Carlos Falcó por establecer sólidos vínculos entre los cinco hermanos a pesar de ser fruto de tres matrimonios diferentes.
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