A India le faltan más de 63 millones de mujeres
El Gobierno indio alerta sobre la desproporción de hombres y mujeres en la población causada por los abortos selectivos
La histórica preferencia de la sociedad india por los hijos varones ha provocado un poderoso desequilibrio demográfico. El Gobierno Indio calcula que en la población faltan más de 63 millones de mujeres con respecto a la que sería una tendencia natural. La desproporción entre el número de hombres y mujeres en el país estaría causada principalmente por los abortos selectivos, según el último Estudio Económico anual publicado este lunes, que por primera vez incluye un apartado específico sobre la mujer. Además, las autoridades estiman que otras 21 millones de niñas -en un país con una población total de 1.324 millones- no son deseadas por sus familias al nacer ya que tienen que cargar con el lastre económico que supone una práctica atávica como la dote.
“Una vez que nacen, las vidas de la mujeres ha mejorado pero la sociedad parece seguir queriendo que menos de ellas nazcan”, explica el capítulo séptimo del Estudio Económico, dedicado a la igualdad de género. La encuesta muestra que la obligación de que la esposa abandone el hogar familiar después del matrimonio – y la consiguiente pérdida de un salario – junto a las leyes de herencia de propiedades o la dote matrimonial son algunos de los factores sociales que determinan la preferencia por los varones.
También denominado feticidio femenino, el aborto de niñas en el país asiático ha sido objeto de estudio por revistas médicas internacionales, que estiman la desaparición de hasta medio millón de fetos femeninos anualmente. Aunque ni la interrupción del embarazo ni la determinación del sexo son delitos en el India, la Ley de Técnicas y Diagnósticos Prenatales (PCPNDT por sus siglas en inglés) sí penaliza los exámenes del sexo de los fetos mediante sonografías y otras técnicas, así como el aborto selectivo.
Aparte de esta práctica existe en la India una tendencia a ofrecer mejor tratamiento médico y nutritivo a los hijos que a las hijas.
La proporción natural de sexos, sin alteración humana, es de 1.050 hombres por cada 1.000 mujeres. En 1970, India casi cumplía ese ratio de relación entre sexos (1.060) pero el dato en 2014 se ha incrementado considerablemente hasta los 1108 hombres, a pesar de que la selección de sexo fue ilegalizada en 1994. Un fenómeno parecido, e incluso más acentuado, se ha producido en el mismo periodo en China, donde el ratio ha pasado de 1.070 a 1.156.
Así, la encuesta confirma que “las familias donde nace un niño son más propensas a dejar de tener hijos que las familias en las que nacen niñas”, lo que denomina como meta-preferencia por los varones. El estudio demuestra que la media de las familias indias prefiere tener dos hijos, pero hay hogares en que tienen hasta cinco vástagos hasta que el último es un varón.
Activistas denuncian no solo el escaso cumplimento de la ley de técnicas y diagnósticos prenatales, sino también de la ley contra la dote matrimonial. Aunque abolida en 1961, la práctica extendida del pago de cuantiosas sumas, en metálico o en bienes, a la familia del novio es una de las tradiciones atávicas que inducen a las familias a no querer tener hijas para obviar así la carga económica que ello supone.
Aunque la prevalencia de niños sobre niñas está tradicionalmente asociada con la precariedad económica de india rural, en la que vive más de 65% de la población del país, la encuesta revela que el incremento de la riqueza no es un factor determinante en la preferencia de niños respecto a niñas. Según el estudio, algunas áreas acomodadas de la capital, Nueva Delhi, la tendencia, lejos de revertirse, ha empeorado.
“El reto del género es antiguo, probablemente desde hace milenios”, explica el autor del informe y asesor económico Arivan Subramanian, quien urge al país a “enfrentarse a la preferencia social por los niños”.
Ante las cifras alarmantes ofrecidas por el estudio, los expertos señalan la importancia de desarrollar encuestas nacionales y estatales basadas en el desglose por sexos, para una mejor identificación de otros problemas derivados como la violencia doméstica o la discriminación laboral.
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