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En busca del nuevo ‘contrato francés’

Macron lanza en Normandía el proyecto de consulta popular para responder a los 'chalecos amarillos'

Silvia Ayuso
El presidente francés, Emmanuel Macron, este martes en el acto con alcaldes de Normandía.
El presidente francés, Emmanuel Macron, este martes en el acto con alcaldes de Normandía.PHILIPPE WOJAZER (EFE)

Emmanuel Macron instó este martes a los franceses a “transformar en oportunidad” el periodo de desafíos que atraviesa el país al lanzar, desde la comuna normanda de Grand Bourgtheroulde, el “gran debate nacional”, un proyecto de consulta ciudadana con el que el presidente francés espera canalizar la cólera de los chalecos amarillos y crear un “nuevo contrato para la nación”.

“Creo que podemos transformar en oportunidad este momento que vive Francia”, dijo Macron ante 650 alcaldes normandos invitados al inicio de los debates, que durante los próximos dos meses se extenderán por toda Francia. El presidente subrayó que la “fractura social” que vive el país “viene de muy lejos”. Pero a ella se unen ahora, reconoció, sendas fracturas “territoriales”, “económicas” y “democráticas” que afectan sobre todo a las clases medias. “Todas esas fracturas están ante nosotros ahora. No creo que haya que tener miedo, tenemos que construir las vías y los medios para crear soluciones para el país”.

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El mandatario ha sido acusado por los chalecos amarillos de no escuchar. Por eso, para el lanzamiento de este debate nacional con el que promete, justamente, prestar mucha atención a lo que le demandan los franceses, Macron cuidó que hasta el mínimo detalle fuera una declaración de intenciones. Fue él quien acudió al encuentro de los alcaldes, no al revés. También importaba el hecho de que el presidente “de los ricos”, de las grandes ciudades, como le acusan sus oponentes, se desplazara hasta un municipio de 3.600 habitantes y eligiera un modesto escenario. Adiós a los suntuosos salones del palacio presidencial, sustituidos por un viejo complejo deportivo donde el presidente y los alcaldes debatieron entre canastas de baloncesto, porterías de fútbol y un marcador que, por una vez, no anotaba los tantos de locales y visitantes, sino que se limitó a registrar las más de seis horas que duró este primer diálogo ciudadano.

En su “carta a los franceses”, Macron puso algunos límites a estos debates, como sus reformas fiscales o la eliminación del impuesto sobre la fortuna (ISF) que se ha negado a revertir pese a las críticas de los chalecos amarillos y de parte de la oposición. Pero al abrir el primer encuentro, rectificó y aseguró que desea una discusión “sin tabúes”.

Mientras Macron tomaba numerosos apuntes, decenas de regidores le hicieron reclamaciones —empezando por la reimposición del ISF, que el presidente volvió a defender alegando que “no se vivía mejor” antes de su eliminación—, recomendaciones, como una mejora del transporte público local y de la atención sanitaria rural y, también, algunas advertencias. “Tenemos la sensación de vivir en una Francia de dos velocidades”, le dijo Jean-Paul Legendre, presidente de la Unión de Alcaldes del Eure. “Los vínculos entre el Estado que usted representa y nosotros se han roto”, alertó el alcalde de Évreux, Guy Lefrand.

Una advertencia que también resonaba a unos centenares de metros del complejo deportivo, en la plaza del Ayuntamiento, donde varias decenas de chalecos amarillos desafiaron el control policial impuesto sobre Grand Bourgtheroulde. La pequeña protesta era una muestra más de la dificultad de encontrar una solución que satisfaga a un movimiento muy diverso y con demandas cambiantes. Poco antes de la llegada de Macron, la secretaria de Estado de Transición Ecológica, Emmanuelle Wargon, coordinadora de las consultas con la sociedad civil, recibió en el Ayuntamiento de Grand Bourgtheroulde a una delegación de chalecos amarillos.

Uno de ellos, Francis Di-Giorgio, aseguró que siguen considerando insuficientes las medidas propuestas por el Gobierno —desde la congelación de la tasa del carburante a iniciativas para aumentar el poder adquisitivo—, pero se mostró dispuesto a discutirlo en el formato propuesto por Macron. “Claro que vamos a participar, si estamos aquí es porque queremos debatir”, dijo. A su lado otro chaleco normando, Laurent Ricordeau, se declaraba escéptico: “No estamos convencidos porque el debate no irá hasta el fondo de lo que demandamos. Queremos respuestas inmediatas, no dentro de dos o tres meses”.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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