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El partido de Erdogan pide repetir las elecciones en Estambul alegando “fraude”

Tras varios recuentos parciales, el candidato socialdemócrata sigue en cabeza por un estrecho margen de votos sobre el candidato oficialista

Andrés Mourenza

Dieciséis días después de las elecciones municipales, los estambulíes no saben quién será su alcalde durante el próximo lustro y, a tenor de lo que decida la Comisión Electoral, la espera podría prolongarse varios meses. El gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista) ha pedido que los resultados del pasado 31 de marzo sean anulados y los comicios repetidos en junio alegando que ha habido un “fraude organizado” para dar la victoria al candidato opositor, el socialdemócrata Ekrem Imamoglu, por un estrechísimo margen de votos.

El candidato opositor Ekrem Imamoglu se dirige a sus seguidores este lunes, en uno de los actos que organiza a diario para reivindicar que se le entregue el acta de alcalde de Estambul.
El candidato opositor Ekrem Imamoglu se dirige a sus seguidores este lunes, en uno de los actos que organiza a diario para reivindicar que se le entregue el acta de alcalde de Estambul.YASIN AKGUL (AFP)

Los islamistas, que han controlado la principal ciudad de Turquía desde 1994, no parecen dispuestos a renunciar a ella fácilmente. Desde la mañana siguiente al voto anunciaron que pedirían un nuevo recuento: apenas 21.459 sufragios separaban a Imamoglu del candidato oficialista, el ex primer ministro Binali Yildirim, o, lo que es lo mismo, el 0,25 % de los votos en una ciudad con 10,5 millones de electores. A petición del AKP —que considera a su candidato el ganador—, se recontaron los votos declarados nulos y, en varios distritos, se escrutaron todas las papeletas por segunda e incluso por tercera vez. Pero la diferencia sólo se redujo hasta los 13.800 votos.

Así que, este martes, una delegación del AKP se presentó en la sede de la Comisión Electoral cargada con tres maletas llenas de documentos que, en sus palabras, prueban numerosas irregularidades como cambios sospechosos de residencia de los votantes, sufragios a favor de los islamistas contados a favor de la oposición, actas mal rellenadas... “Tras esto hay un trabajo, hay claramente un fraude organizado, hay corrupción electoral”, anunció el vicepresidente del AKP, Ali Ihsan Yavuz, para quien “la única solución para eliminar esta sombra de sospechas” pasa por repetir los comicios. Pese a ser el AKP el que controla los ministerios encargados de organizar las elecciones bajo la supervisión de una Comisión Electoral compuesta por jueces nombrados en su mayoría por mediación de la formación gobernante, los islamistas han aventurado la posibilidad de que la cofradía de Fethullah Gülen —a la que se acusa de liderar el intento de golpe de estado de 2016— haya manipulado las urnas conchabada con la oposición.

En un vídeo publicado en las redes sociales, el Partido Republicano del Pueblo (CHP), al que pertenece Imamoglu, acusó al AKP de buscar todo tipo de “excusas” para evitar lo inevitable, poniendo como ejemplo que, hasta en dos ocasiones, una turbamulta de seguidores del AKP interrumpió el nuevo recuento en el distrito de Maltepe. Igualmente, acusó a los islamistas de estar ejerciendo “presiones” sobre los miembros de la Comisión Electoral, una institución a la que exigió que “decida sobre la base de la ley, no a la política” y “respete la voluntad expresada por Estambul”.

En una rueda de prensa el lunes, Imamoglu pidió que se le entregue de una vez el acta de alcalde a fin de ponerse a trabajar para una ciudad que no sólo es hogar del 20 % de la población del país, sino que también produce el 31 % de su PIB: “Estambul no tiene tiempo que perder. El flujo de dinero a Turquía se ha parado, los capitales están saliendo del país. Quienes más sufren son las empresas que están en proceso de suspensión de pagos. El mundo de los negocios nos ha expresado su preocupación”.

En cambio, el ministro de Finanzas, Berat Albayrak, negó que la incertidumbre sobre el resultado —la comisión podría tardar días en decidir— vaya a tener efectos negativos: “No afectará a los mercados. Ocurra una cosa o la otra, los mercados están preparados para ambas opciones”.

Trabas a la oposición en Ankara y las provincias kurdas

En la capital, Ankara, también ganada por la oposición tras un cuarto de siglo de dominio islamista, el nuevo primer edil, Mansur Yavas, no está teniendo un inicio de mandato sencillo: unos días antes de que tomara posesión del cargo, la asamblea votó despojar al alcalde de la potestad de nombrar a los directivos de las empresas municipales. Pese a que Yavas ha tratado de revertir la decisión, los islamistas y sus aliados de la ultraderecha nacionalista suman mayoría en la asamblea municipal y han bloqueado las votaciones, la última de las cuales terminó a puñetazos.

Mientras tanto, en las provincias kurdas de Turquía, la Comisión Electoral ha decidido no entregar el mandato de alcalde a los candidatos elegidos en ocho municipios —todos ellos del partido prokurdo HDP— y ha preferido poner al frente del Ayuntamiento a los segundos más votado, todos ellos del gobernante AKP. La justificación es que los candidatos del HDP habían sido purgados de sus anteriores empleos en el funcionariado por presuntos lazos con organizaciones terroristas lo que los imposibilita a ocupar cualquier cargo electo. El problema es que la Comisión Electoral había validado sus candidaturas, lo que ha llevado al portavoz de la formación de la izquierda kurda, Saruhan Oluç, a calificar la situación de “trampa”: la institución no habría anulado las candidaturas del HDP para poder luego suspenderlas y darle así el bastón de mando municipal a los islamistas en localidades que estaba claro que no ganaría mediante el voto. Varios juristas han calificado de ilegal la decisión de la Comisión Electoral —contra la que no cabe recurso en los tribunales turcos—, y el columnista Mehmet Yilmaz, del medio online T24, lo ha tachado directamente de “robo de la voluntad nacional”.

Por otro lado, al contrario que con las alegaciones presentadas por el AKP, la mayoría de las cuales han sido aceptadas, las impugnaciones hechas por el HDP han sido mayormente rechazadas. Ni siquiera se ha aceptado un segundo recuento en la localidad de Mus, vencida por los islamistas por menos de 600 votos, o en la de Malazgirt, donde la diferencia fue de sólo 3 votos.

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