Putin acusa a Ucrania de cometer un “ataque terrorista” en la región rusa de Briansk y Kiev lo niega
Moscú asegura que un grupo de saboteadores ucranios se ha infiltrado en la región fronteriza, mientras el Gobierno ucranio habla de una provocación. Un grupo de disidentes rusos se atribuye el incidente. El jefe del Kremlin convoca a su Consejo de Seguridad para este viernes
Un confuso incidente en la región rusa de Briansk amenaza con escalar aún más la guerra contra Ucrania. El presidente ruso, Vladímir Putin, ha calificado como “ataque terrorista” un supuesto asalto de saboteadores en su territorio este jueves, con rehenes y un fallecido. El Gobierno ucranio, por su parte, niega la acusación y habla de “provocación” de Moscú, en referencia a la fabricación por parte de Rusia de un posible pretexto para endurecer la ofensiva. Para añadir incertidumbre, un grupo que se autodenomina Cuerpo de Voluntarios Ruso y que lucharía contra el Kremlin se atribuye la acción y niega haber disparado a civiles.
El mandatario ruso ha convocado a su Consejo de Seguridad este viernes, aunque el Kremlin no ha dado ninguna pista sobre la posibilidad de que vaya a tomar medidas al respecto. “No lo sé, de momento no puedo decir nada”, ha manifestado el portavoz del mandatario, Dmitri Peskov, respecto a la posibilidad de cambiar el estatus de la guerra de “operación militar especial” a “operación antiterrorista”.
“Abrieron fuego al ver que había niños en el vehículo”, ha sostenido Putin en un acto celebrado horas después del incidente denunciado por Moscú. “Vieron [en el lugar] que era un coche civil, un Niva ordinario, vieron que había niños sentados allí, y abrieron fuego. Fueron esas personas las que se han impuesto la tarea de despojarnos de nuestra memoria histórica, nuestra tradición e idioma”, aseguró. Además de convocar el Consejo de Seguridad, el presidente ruso ha cancelado un viaje oficial que tenía previsto realizar este jueves en Stavropol, en el Cáucaso norte. “El presidente está en el Kremlin y recibe informes constantemente [sobre los hechos de Briansk] de los organismos encargados de hacer cumplir la ley. En particular, le informan el jefe del FSB [los servicios de inteligencia], el ministro de Defensa y el jefe de la Guardia Nacional”, explicó el portavoz del mandatario, Dmitri Peskov.
El gobernador de la provincia de Briansk, Alexánder Bogomaz, fue el primero en dar la voz de alarma a través de su canal de Telegram cerca del mediodía: “Hoy, un grupo de reconocimiento y sabotaje penetró desde Ucrania en el pueblo de Liubechane, en el distrito de Klimovski. Los saboteadores dispararon contra un automóvil en marcha. Como resultado, un residente murió y un niño de 10 años resultó herido”.
Bogomaz contó, además, que se había producido un ataque con drones en un edificio residencial de otra aldea, Sushany, situada también en la zona. Posteriormente, varios medios rusos, como Baza y la agencia Tass, publicaron que en ambos pueblos se habían producido más muertes y secuestros de rehenes, aunque esta información no ha sido corroborada por las propias autoridades. “Lo que está en el canal del gobernador es cierto. No podemos comentar todo lo demás”, respondió el departamento de comunicación de Briansk.
Partisanos anti Putin se atribuyen la acción
Kiev rechazó las acusaciones rusas. “No sabemos nada de ningún incidente en las regiones fronterizas de Rusia”, comentó al diario Babel el mando operativo de las Fuerzas Armadas de Ucrania. El asesor del presidente ucranio, Mijailo Podoliak, calificó la denuncia como “la clásica provocación deliberada” de Moscú. Rusia “quiere asustar a su pueblo para justificar el ataque a otro país y la creciente pobreza tras un año de guerra”, añadió.
Kiev también sugirió la posibilidad de que hayan actuado partisanos rusos antigubernamentales, informó la agencia Reuters. “Se trata de personas que con las armas en la mano luchan contra el régimen de Putin y los que lo apoyan. Quizás los rusos empiecen a despertar y a tomar medidas concretas”, declaró un portavoz de la inteligencia militar ucrania al medio Hromadske.
A lo largo de la mañana, un grupo autodenominado Cuerpo de Voluntarios Ruso se ha atribuido la acción. La organización, supuestamente formada por emigrantes rusos que han decidido luchar al lado de Ucrania, ha difundido este jueves sus primeras publicaciones en un canal de Telegram. Allí, vestidos con uniformes impolutos, sus miembros llaman a combatir al Kremlin. “No vinimos a nuestra tierra como saboteadores, sino como un ejército de liberación nacional”, recoge la filmación. El diario independiente Vazhnye Istorii contactó con el grupo. Según su versión, no hubo ningún encuentro con civiles. “Entramos, filmamos, emboscamos a dos vehículos de transporte de infantería. No vi niños, aunque hubo un guarda fronterizo herido. No tomamos rehenes”, agregó.
El medio Agentstvo reconoció a uno de sus comandantes, Denís Nikitin, en uno de los vídeos. Organizador de torneos de artes marciales y ultra de fútbol, este ciudadano ruso ha sido tildado por medios de su país y ucranios de ser de extrema derecha. En diciembre, dio una entrevista a Radio Svoboda donde afirmaba que su unidad combatía “contra Putin” junto con las Fuerzas Armadas ucranias y admitía tener vetada la entrada en varios países, entre ellos Alemania, que lo considera “una amenaza para el orden y los valores democráticos”, según sus propias palabras.
Por su parte, el Servicio Federal de Seguridad ruso, el FSB, publicó un comunicado pasado el mediodía en el que afirmaba haber lanzado una operación “para aniquilar a los nacionalistas ucranios armados que violaron la frontera estatal”. Sin embargo, las agencias de noticias rusas señalaban poco después que la situación era tranquila en la zona.
“No hay nadie del grupo ucranio en territorio ruso, todos se fueron. Ahora hay una búsqueda, posiblemente, de los combatientes restantes de las Fuerzas Armadas de Ucrania en nuestro territorio”, dijo uno de los testigos presenciales de los hechos a la agencia Tass. Según la versión de los habitantes de Liubechane, no se escuchaban disparos en la zona y el supuesto rehén estaba sano y salvo en casa. “Todo está bien”, decían los testigos sobre un paramédico que presuntamente había sido secuestrado durante el incidente.
En el pueblo de Sushany, sus habitantes también desmintieron otras informaciones rusas sobre una presunta ley marcial que les prohibía salir de casa. “No sé quién ha contado eso. No hemos prohibido a nadie abandonar la aldea”, contaba a Tass el alcalde, Nikolái Samúsev.
Putin se reunió esta misma semana con la dirección del FSB para analizar su actuación del pasado año y reforzar la vigilancia. “Es necesario poner una barrera en el camino de los grupos de sabotaje y detener los intentos de introducir armas y municiones ilegalmente en Rusia”, subrayó el presidente. Días antes, el gobernador de Briansk había prometido que la protección de su territorio estaba garantizada. “Se ha completado el fortalecimiento de la frontera estatal en la región de Briansk”, anunció Bogomaz a bombo y platillo.
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