Zelenski advierte en la ONU contra cualquier iniciativa ajena a su plan de paz “para no dar espacio a Putin”
El presidente de Ucrania avisa a Brasil y China de que no aumentarán su influencia global a costa de Kiev
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha prevenido este miércoles en Nueva York contra la tentación de iniciativas de diálogo alternativas a su plan de paz para no dar aliento ni espacio político al presidente ruso Vladímir Putin para continuar la guerra. En un intento de recabar más apoyos tras dos años y medio de guerra, y cuando la atención mundial se centra en la alta volatilidad de Oriente Próximo, el presidente ucranio pidió a los 193 países miembros de la ONU que no olviden la agresión rusa, con un mensaje ante la Asamblea General, reunida en su 79ª sesión. En él se dirigió específicamente a Brasil y China, a quienes advirtió de que no permitirá que aumenten su poder como actores globales a costa de Ucrania, es decir, gracias a sus propias iniciativas de paz para poner fin al conflicto. “Cuando algunos proponen alternativas, planes de arreglo poco entusiastas, no solo ignoran los intereses y el sufrimiento de los ucranios, que son los más afectados por la guerra; no solo ignoran la realidad, sino que dan a Putin el espacio político para continuar la guerra y amenazar al mundo para sojuzgar a más naciones”, ha dicho.
Rusia es una amenaza para muchos otros países, además de Ucrania, advirtió Zelenski. A pesar de su tamaño, “todavía quiere más tierra, más tierra, lo que es una locura, y se apodera de ella día a día mientras quiere destruir a su vecino”, en concreto los fronterizos de Europa y Asia Central, “que sienten que la guerra podría llegar también a ellos”. Para contrarrestar esa amenaza, presentó a Ucrania como baluarte frente a los deseos expansionistas del Kremlin. Como freno y también como la víctima que se inmola en primera línea del fuego para evitar un contagio. “Es el pueblo ucranio el que siente todo el dolor de esta guerra. Son los niños ucranios los que están aprendiendo a distinguir las señales de los distintos tipos de artillería y drones a causa de la guerra de Rusia”.
Para subrayar la amenaza rusa más allá del campo de batalla, Zelenski hizo hincapié en los peligros de la hipotética catástrofe nuclear que plantea la guerra, al asegurar que las tropas rusas todavía ocupan ―lo hacen desde marzo de 2022― la central de Zaporiyia y advirtiendo de que una catástrofe nuclear rebasaría “las fronteras estatales”. “La central sigue ocupada por fuerzas rusas. Desgraciadamente. Nos exponemos a un incidente nuclear. Esta es la mayor fuente de peligro de radiación en Europa, posiblemente en el mundo. Por eso, en la Fórmula de Paz que presenté, el primer punto es sobre seguridad nuclear”, dijo en alusión a su plan de paz, que considera el único capaz de poner fin a la guerra y cuyos puntos discutirá este jueves con el presidente de EE UU, Joe Biden, la vicepresidenta y candidata demócrata a las elecciones de noviembre, Kamala Harris, y el candidato republicano, Donald Trump.
Zelenski pidió repetidamente el apoyo continuado “de todas las naciones” para evitar que el cansancio bélico distraiga su atención ―y su contribución material en ayuda― hacia otros polos, especialmente el imán informativo de Oriente Próximo por la escalada regional de la violencia, y apuntó a dos países, Corea del Norte e Irán, por acercarse al Kremlin. “Una elección reveladora del tipo de amigos” que se escogen, subrayó. De entrada, Zelenski se lleva de la ONU una solemne declaración conjunta de apoyo a la recuperación y reconstrucción de Ucrania, suscrita por una treintena de países y la Unión Europea a instancias de la Casa Blanca, y presentada por el propio presidente Biden este miércoles en los márgenes de la Asamblea General. Una muestra clara, al menos sobre el papel de las intenciones, del apoyo internacional solicitado por Zelenski que se plantea como una especie de plan Marshall, financiado con activos rusos congelados por las sanciones, para el día después del conflicto.
El presidente ucranio denunció también el mecanismo del derecho de veto en el Consejo de Seguridad, que ha permitido a Rusia, uno de sus cinco miembros permanentes, torpedear todas las iniciativas favorables a Kiev. La reforma del Consejo —puente de mando de la ONU y sistema del veto heredado de la Guerra Fría— ha sido planteada expresamente en esta sesión de la Asamblea, desde el secretario general, António Guterres, al presidente Biden.
La víspera, en una intervención precisamente ante los 15 miembros del Consejo de Seguridad, Zelenski declaró que “solo se puede forzar a Rusia a la paz” ―una imposición rechazada de inmediato por el Kremlin― e instó a mantener la atención y la alerta ante la guerra. “Rusia está cometiendo un crimen internacional. Esta guerra no puede simplemente desvanecerse, esta guerra no puede calmarse con conversaciones. Se necesitan acciones. Solo se puede forzar a Rusia a la paz”, dijo en un discurso breve, pero apasionado. También informó al Consejo de que Ucrania tiene información sobre los planes de Moscú de atacar sus tres centrales nucleares.
Sobre su plan de paz, no entró en detalles, salvo para informar de que tiene previsto invitar a China e India a la conferencia que plantea celebrar sobre su “plan de la victoria”, basado en los principios de la Carta de la ONU y cuyos detalles desgranará este jueves en Washington. El documento recoge ampliamente el contenido de su primera iniciativa, lanzada en otoño de 2022 en la cumbre del G-20 de Indonesia. Pero el objetivo real de la visita no es otro que arrancar a Biden la luz verde para que Ucrania pueda utilizar misiles de largo alcance, proporcionados por la OTAN, para ampliar su penetración en Rusia.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.