Por qué ya nadie se pone de parto en Navidad
El 25 de diciembre es el día del año en el que menos probabilidades se tienen de nacer en España. Los expertos lo relacionan con el aumento de inducciones del parto y cesáreas
En los últimos 40 años no solo ha habido un aumento drástico de las inducciones y las cesáreas programadas (8,5% en 2015 y 9,2% en 2019, según datos de los dos últimos informes de Euro-Peristat), sino que el mapa que muestra cuándo se producen los nacimientos también ha cambiado mucho en estas cuatro décadas, según datos recopilados por asociaciones como El Parto es Nuestro, organización sin ánimo de lucro y feminista que pretende mejorar la atención a madres e hijos. No es casualidad, porque ambas situaciones están relacionadas.
“Se inducen partos y programan cesáreas para que estos ocurran en horario laboral. Son decisiones sin justificación médica, no respetuosas con los tiempos, la fisiología y el buen transcurrir de los partos. Las inducciones, y por supuesto las cesáreas programadas, son intervenciones invasivas no exentas de riesgos” explica Adela Recio, miembro de El Parto es Nuestro y autora del estudio La atención al parto en España: Cifras para reflexionar sobre un problema (2015) y el informe Nacer en horario laboral (2016). Y la experta añade que priorizar cuestiones logísticas sobre la salud de las mujeres y sus bebés es ofrecer una atención al parto por debajo de lo esperable y de lo posible en una sociedad como la nuestra: “Es fundamental que los hospitales se organicen de forma que no se antepongan cuestiones no médicas al derecho de las mujeres a recibir servicios de salud reproductiva de calidad”.
En el informe Nacer en horario laboral, los datos muestran que, en determinadas fechas, como el 25 y el 31 de diciembre, el 1 y el 6 de enero, el 1 de mayo, el 15 de agosto, el 12 de octubre o el 1 de noviembre, nacen muchos menos niños de los que se esperaría si los partos se distribuyeran de forma natural. La explicación la encuentra Recio en la planificación de los partos con el fin de que no sucedan, o sucedan los menos posibles, en días de vacaciones, cuando los hospitales y clínicas no disponen de los equipos y personal habituales.
“Lo que vimos es que cada vez nacen más niños los días laborables y menos los sábados, domingos y festivos. También vimos que antes esta no era la norma, ya que los partos en 1975 se distribuían de una forma mucho más aleatoria a lo largo de la semana y el año. Sin embargo, en 2010, el reparto natural de nacimientos está completamente alterado, constatando que en 2010 se había impuesto el horario laboral a la fisiología del parto. Esta tendencia parece seguir vigente hoy en día”, explica Recio. De hecho, el de Navidad es el día del año en el que menos probabilidades se tienen de nacer en España.
Un abuso de las inducciones
Según recoge el Ministerio de Sanidad en el informe Atención perinatal en España. Análisis de los recursos físicos, humanos, actividad y calidad de los servicios hospitalarios, 2010-2018, el porcentaje de partos inducidos en los hospitales públicos fue del 34,2% en 2018, continuando con la tendencia ascendente. “Ya en 2010, cuando se inducía en los hospitales públicos un 19% de partos, se estaba abusando de las inducciones, cuyo estándar de referencia de la OMS es de menos del 10%. Ahora estamos más de tres veces por encima de lo recomendado”, denuncia Recio.
Para la experta, la inducción al parto no está exenta de riesgos, por lo que su uso debe estar justificado por la presencia de algún o algunos factores de riesgo: “Y solo debe realizarse tras una evaluación ajustada entre el riesgo y los beneficios según la técnica o procedimiento que se emplee para la inducción”.
El aumento de esta práctica lleva aparejado un incremento de las cesáreas porque, según las últimas evidencias disponibles, la oxitocina sintética está claramente relacionada con el aumento de partos instrumentales y de cirugías. Así lo explica Blanca Herrera, matrona en el Hospital San Cecilio de Granada, para quien este aumento de la tasa de inducción está claramente relacionado con la sobremedicalización del embarazo y del parto.
Susi Obiol, matrona y presidenta de la Associació Comares Comunitat Valenciana, cree que este incremento es especialmente grave en la sanidad privada, donde recuerda que hay obstetras que en muchas ocasiones deciden la fecha de finalización del embarazo sin informar correctamente a las usuarias, las cuales aceptan por desconocimiento y por la confianza que depositan en sus médicos: “Las inducciones en la práctica privada aumentan en fechas clave como las navidades. Inducir sin ninguna indicación es una mala práctica que debemos denunciar y visibilizar para que comience a tomarse en serio”.
Desde El Parto es Nuestro añaden que hay provincias en las que hay una mayor diferencia entre nacer entre semana o en fechas clave como las navidades, fines de semana y puentes, lo que podría explicarse por el nivel de la extensión de la sanidad privada en cada zona. Pero insisten en que evitar estas fechas es una práctica que, aunque puede darse más en la privada, en la pública también sucede.
Sin matronas
Las matronas denunciaban en verano que necesitaban una inyección de profesionales porque no pueden asumir una atención de calidad a las mujeres en sus procesos reproductivos. La matrona Blanca Herrera cree que la Administración sanitaria no está siendo consciente del problema, tampoco de las competencias que asumen. “Antes éramos asistentes del obstetra, con un modelo muy tecnológico y mecanizado. Las que intentamos trabajar desde un modelo más holístico y basando nuestro trabajo en la individualización de la asistencia, entendemos que acompañar un embarazo, un parto y un postparto no puede ser algo mecánico. Se requiere tiempo”, explica. Un tiempo casi inexistente en las consultas de atención primaria, pero también en los paritorios, en los que una sola matrona debe atender a dos y tres mujeres a la vez en su parto. “Si en condiciones normales ya es difícil, en periodos vacacionales o en festivos es peor porque lo que hacen las gerencias de los hospitales es cubrir como el 60-80% de los contratos y el resto lo ajustan reduciendo el número de profesionales por turno. Damos para lo que damos, para apagar incendios”.
Para Adela Recio, además de incrementar el número de matronas es esencial organizar adecuadamente los recursos sanitarios así como “poner todo el empeño para que la atención que las mujeres reciben esté basada en las recomendaciones del Ministerio de Sanidad y de la OMS”. Para ello desde El Parto es Nuestro consideran necesario que las comunidades autónomas actualicen continuadamente a todo el personal sanitario que participa en la atención al parto. “Las usuarias del sistema de salud estamos reclamando desde hace décadas una atención al parto digna, en la que la falta de recursos o de formación y los estereotipos de género no marquen los partos de las mujeres”, concluye Recio.
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