Rita Segato: “Espero que Petro escuche mucho a Francia Márquez”
La antropóloga argentina visita Colombia, el lugar donde hace años surgió su idea sobre el “desmonte del mandato de masculinidad” como clave para acabar con la violencia
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La antropóloga argentina Rita Segato estuvo esta semana en Colombia, donde hace años habló por primera vez del concepto de mandato de masculinidad. El jueves, en un encuentro con abogadas y defensoras de derechos humanos en Bogotá, recordó de dónde salió esa idea, a la que sigue acudiendo cada vez que habla d...
Esta es la versión web de Americanas, el boletín de EL PAÍS América que aborda noticias e ideas con perspectiva de género. Para recibirlo cada domingo puede suscribirse en este enlace.
La antropóloga argentina Rita Segato estuvo esta semana en Colombia, donde hace años habló por primera vez del concepto de mandato de masculinidad. El jueves, en un encuentro con abogadas y defensoras de derechos humanos en Bogotá, recordó de dónde salió esa idea, a la que sigue acudiendo cada vez que habla de la realidad colombiana o la de cualquier otro país que sufre la violencia de la confrontación armada. Segato cuenta que fue en Buenaventura, sin señalar un año específico. En el Pacífico colombiano, un grupo de mujeres negras le preguntó cómo parar la guerra. La argentina no dudó en responder: “Desmontando el mandato de masculinidad”, dijo entonces.
El concepto lo repite ahora para hablar de por qué es inútil pensar en armisticios o pactos para acabar con la violencia. “Los hombres están preparados para ser parte de la guerra por el mandato de masculinidad, por obediencia a una ley interna que les dice que es necesario ser cruel para poder llamarse hombre. Es una estupidez suprema”, dice Segato. “Si desmontamos ese mandato y les decimos a los hombres que no les conviene obedecerlo, que se corran, que se borren, porque van a ser mucho más felices, entonces no habrá a quien reclutar para las guerras”.
Rita Segato volvió a Colombia cuando hay un nuevo Gobierno y una Francia Márquez que le genera “esperanza”, dice emocionada. Considera que lo de la vicepresidenta colombiana es “inédito” y se suma a algunos hitos, no tantos como quisiera, de las mujeres de la región que han conseguido romper un techo en la política y en la agenda pública. Habla de la hondureña Berta Cáceres y de la brasileña Marielle Franco. “[Lo de Francia] no es fácil porque a otras figuras como Berta o Marielle, tan grandes como ella, las mataron”.
A Rita Segato le cuesta creer lo que escuchó a su llegada a Colombia. El país lleva semanas sumido en una polémica absurda porque la vicepresidenta, que ha sido víctima de atentados y amenazas, viaja algunas veces en helicóptero por seguridad. “Yo definitivamente no tengo la grandeza de Francia Márquez. A mí estas cosas me producen odio, pero ¿has visto cómo contesta ella? Fíjate en la respuesta que le dio a esa mujer pseudoblanca, como somos casi todos en nuestro continente, cuando la comparó con un gorila: ¡Le mandó un abrazo!”, recuerda admirada Segato uno de los tantos episodios racistas con los que ha tenido que lidiar la vicepresidenta de Colombia.
La argentina dice que siguió las elecciones presidenciales de este país con asombro. Las imágenes de canoas repletas de gente que, sin importar la lluvia o la distancia, quería votar, fueron noticia en el mundo, para Segato fue una muestra del poder de Francia Márquez para movilizar pueblos que por primera vez se veían representados en un tarjetón electoral. “Es la gran victoria de Francia”, asegura sin dudar. Cree que un Gobierno con una agenda feminista, como el que pretende Gustavo Petro, se esperaría que las mujeres tengan realmente voz en las decisiones que conducen este país.
“De Petro, que se dice feminista, se esperaría que escuche mucho a Francia Márquez”, advierte Segato, que insiste en que los debates y discursos feministas tienen que hablarles también a los hombres. En su visita a Bogotá se reunió una tarde con militares porque dice que no tiene sentido quedarnos hablando solo entre nosotras.