Mediterráneo, la periferia que fue centro: un atlas de epicentros alternativos del arte
Al margen de Atenas, otras ciudades cuentan con una escena rica y vibrante, como Estambul, Tel Aviv, Marsella, Argel o El Cairo
Los imperios, las culturas y la sensualidad del Mediterráneo, el gran invitado a esta edición de Arco, forman un palimpsesto de capas geológicas e históricas. Bajo la lente del artista, sugieren una especie de poética de la periferia que, si se mira de lejos, ocupó el centro alguna vez. Así lo plasma en sus dibujos la egipcia de origen armenio Anna Boghiguian, hiperactiva a sus 77 años en su estudio de la pequeña isla de Al Manial, en El Cairo. En 2015, recibió el León de Oro por su contribución al pabellón nacional (armenio) de un país en el que no vive. Su existencia años atrás, en Canadá, India y Francia, se parece a la de tantos apátridas que han dejado atrás historias de desplazamientos, revoluciones, guerras, despojos. En 2022, Boghiguian presentó en el IVAM Abejas y panales en peligro de extinción, una hermosa capilla construida con marcos de colmenas cubiertos de encáustica; dentro se podía oír el eco de sus advertencias ecológicas mezclado con el zumbido de textos en diferentes lenguas. “Las abejas producen la miel con la boca. Todo está conectado”, señalaba la artista.
Akram Zaatari (57 años) vive en Beirut. El artista más activo de la llamada generación de los noventa surgida tras la guerra fundó, en 1997, la prestigiosa Arab Image Foundation, centro de investigación del patrimonio fotográfico (poseedor de 600.000 imágenes) en la capital libanesa. En 2017 presentó en el MACBA su exposición Contra la fotografía, como parte de un programa pionero que el museo barcelonés había creado unos años antes en torno a la historia de las exposiciones en esa “periferia abigarrada” que es el Mediterráneo. El programa incluía el archivo INDEX de producción e intercambio cultural entre países. Tras la marcha de su entonces director, Bartomey Marí, todo aquel trabajo volvió a su lejanía. Quizás ahora, gracias a un mercado siempre ansioso por cribar las regiones remotas del globo, las culturas mediterráneas pueden volver a acortar distancias en firme constelación. Estas son algunas de sus capitales.
1. Beirut
Las volátiles condiciones de vida del antiguo París de Oriente Próximo han hecho aún más larga la lista de la diáspora libanesa: Walid Raad, Mounira Al Solh, Rabih Mroué, Khalid Joreige, Mona Hatoum, Ali Cherri o, antes que todos ellos, Etel Adnan. La comisaria y crítica Christine Tohmé es la factótum de la escena artística. En 1993 fundó la asociación Ashkal Alwan de producción artística. Se sumó Beirut Art Center (BAC), con artistas en residencia y prácticas feministas y LGTBI. La fundación privada Aïshti, inaugurada en 2015 dentro de un complejo comercial diseñado por David Adjaye, difunde un arte internacional y más comercial. Sfeir-Semler y Marfa son las galerías más activas en las ferias internacionales.
2. Estambul
En 1973 se fundó la Istanbul Foundation for Culture and Arts (IKSV), siguiendo el modelo de la Bienal de Venecia. Esta institución produjo su primer evento internacional en 1987, la Bienal de Estambul, que tiene lugar en los principales centros de arte de la ciudad, como el Istanbul Modern, que en 2022 estrenó su nuevo espacio en el barrio portuario de Galata, un impresionante bloque luminoso diseñado por Renzo Piano.
Más modestos son SALT Galata, que ocupa desde 2011 la antigua sede del Banco Nacional Otomano, y el Museo Arter, abierto en 2010, sede de la Fundación Vehbi Koç. Espacios comerciales como Galerist, Elipsis y Dirimart difunden el arte internacional y local de autores como Kutlug Ataman, Serkan Özkaya, Leyla Gediz y Haluk Akakçe.
3. El Cairo
El arte egipcio tiene su epicentro en el Museum of Modern Egyptian Art, pero el dinamismo de la capital está en el espacio público: intervenciones en fachadas de edificios milenarios de la popular calle Al Moez o en la meseta desértica de las pirámides de Giza. Destaca la labor de difusión del cineasta y documentalista Philip Rizk, que vive entre Berlín y El Cairo, que documenta las utopías sociales en el mundo árabe. Las galerías Gypsum, Karim Francis y Almasar defienden la obra de autores egipcios, desde el más veterano, el pintor Ahmed Morsi (1930), afincado en Nueva York, a la joven Mona Marzouk, residente en Helsinki.
4. Tel Aviv
La institución más importante es el Museo de Tel Aviv, fundado en 1932, con su magnífico jardín de escultura que toma como modelo el del MoMA. Su colección, al igual que la del Israel Art Museum de Jerusalén, tiene los trabajos de artistas pioneros (Yitzhak Danziger, Absalon, Yudith Levin) junto a otros más jóvenes (Omer Fast, Sigalit Landau). El CCA Center for Contemporary Art-Yafo es un espacio de producción y de prácticas artísticas radicales. La historiadora de la fotografía Ariella Azoulay y las comisarías Suzanne Landau y Haddad Keidar son nombres activos internacionalmente. En lo comercial, despuntan la galerías Dvir y Chelouche.
5. Argel
En la capital de Argelia, el arte contemporáneo sobrevive gracias a la iniciativa privada y a los artistas de la diáspora, como Zineb Sedira, Raid Koraïchi, Adel Abdessemed o Kader Attia. Este último creó en París, en 2016, La Colonie, un bar nocturno y centro dedicado a las prácticas decoloniales (tras la pandemia, tuvo que cerrar y ahora renace en formato nómada). Los artistas que viven en Argel, con dificultades para conseguir visados, pueden obtener ayudas a través de la red internacional de residencias artísticas. La más activa es el Instituto Francés de Argelia (IFA). El Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAMA), inaugurado en 2007, permanece cerrado desde la pandemia. Tres centros privados en la céntrica calle Didouche suplen el vacío: Ateliers Savages, un antiguo almacén de Coca-Cola en plena actividad gracias al mecenazgo de la abogada y escritora Wassyla Tamzali, la galería Artissimo y la más clásica Rhizoma.
6. Palermo
La capital siciliana renació institucionalmente tras la inauguración de la bienal de arte Manifesta, en 2018, que propició la restauración y apertura de centros como el Palazzo Butera, que alberga la colección Valsecchi; el ZACentrale, en Cantieri Culturali alla Zisa, sede de la Fondazione Merz (Torino), donde trabajan comisarios de prestigio como Agata Polizzi, Valentina Bruschi o Marco Bazzini sobre temas y problemáticas del Mediterráneo. Destacan el Centro Internacional de Fotografía Letizia Battaglia y la galería Francesco Pantaleone. Entre los artistas sicilianos más internacionales, están Rosa Barba, Ignazio Mortellaro y Stefania Galegati y el dúo anglo-italiano Claire Fontaine.
7. Marsella
La citada Manifesta recaló hace dos años en la segunda ciudad más grande de Francia (y la más antigua), ampliando su ya de por sí tupido tejido artístico. Por su Museo de Arte Moderno y Contemporáneo (MAC) pasaron Bernard Blistène (futuro director del Museo de Arte Moderno del Centro Pompidou) y otros destacados comisarios con renombre internacional como Philippe Vergne y Corinne Diserens. Otros espacios son el FRAC-Paca y el Museo Cantini, dedicado a la pintura y escultura del XIX y a la fotografía. La Friche la Belle de Mai y la plataforma Rond-Point Project enfocan su actividad en la difusión de proyectos artísticos y curatoriales más alternativos. El Mucem es el primer museo dedicado a las civilizaciones de Europa y el Mediterráneo, que se distingue por una programación que se aleja de sus viejas temáticas, como la guerra y el exilio, para buscar otros enfoques.
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