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‘Sorda’, la película española que lucha contra los tópicos de la sordera y ha emocionado en Berlín

La directora Eva Libertad amplía el mundo mostrado en su corto homónimo, candidato al Goya, y junto a la actriz Miriam Garlo, su hermana en la vida real, retrata el devenir de una madre primeriza con discapacidad auditiva

Miriam Garlo y Eva Libertad, protagonista y directora de 'Sorda'.
Miriam Garlo y Eva Libertad, protagonista y directora de 'Sorda'.Nexus CreaFilms
Gregorio Belinchón

En los premios Goya de 2023, el cortometraje Sorda, de Eva Libertad y protagonizado por su hermana, la actriz Miriam Garlo, abrió el cine español a la exploración de los mundos y los problemas de las personas sordas, como lo es Garlo desde que tenía siete años. El corto ha crecido a un largo, y aunque se ha mantenido el título, la actriz protagonista y el nombre de su personaje, la historia poco tiene que ver. Y la emoción crece, como se ha notado en el recibimiento en la Berlinale, primer festival en el que se proyecta el filme, donde se ha podido ver en la sección Panorama. “Con todo”, cuenta la directora hora antes de su premiere, “yo nunca quise hacer una tesis sobre la sordera con esta película, sino que nace del deseo de explorar el vínculo entre el mundo sordo y el oyente, que es lo que Miriam y yo hemos vivido toda nuestra vida. Al escribir a Ángela, yo no quería hacer una sorda ejemplar, ni que fuera la representante de nada, porque eso es imposible: hay tantas maneras de vivir la sordera como de ser una persona oyente. Cuando hay grupos, colectivos o comunidades que no han tenido representación suficiente en el cine, sus primeras retratos tienen mucho peso, pero no podemos asumir esa carga”.

Y por eso Sorda emociona: como apunta Eva Libertad, su protagonista es “madre, pareja, hija, tiene perras, es alfarera y además es sorda”. A su lado, su hermana, cuyas vivencias al plantearse ser madre impulsaron el guion del largo, lo subraya: “No me considero representante de la comunidad sorda. Ese colectivo alberga personas muy diferentes. Lo único que compartimos es que no oímos el resto. Ni siquiera soy la única actriz. Ahora bien, faltan oportunidades, pero yo no soy la única. Por la invisibilización no estamos disfrutando de la riqueza que incorpora el ser humano. Este personaje queríamos que tuviese mucha complejidad, que también pudiese ser egoísta o portarse mal”. Como ejemplo de construcción de personaje, mientras que Ángela casi no habla, Garlo sí lo hace, aunque escucha las preguntas y las respuestas de su hermana a través de un intérprete que las signa.

Miriam Garlo, en una imagen de 'Sorda'
Miriam Garlo, en una imagen de 'Sorda'

¿Hubiera existido Sorda sin una de las dos? Responde la directora: “Me lo dijo Miriam una vez y a mí se me quedó grabado. Cuando estábamos empezando el proceso, me confesó: ‘¿Te das cuenta de que llevamos toda la vida preparándonos para esto sin saberlo?’. Yo puedo contar esta historia porque Miriam es sorda y es mi hermana. Por ella conozco la sordera. No sé nada acerca de otras discapacidades. Porque como sociedad no se nos educa, no se nos sensibiliza para relacionarnos con la diversidad ni con las discapacidades”.

La protagonista de Sorda, Ángela, vive en el campo murciano (las hermanas nacieron en Molina de Segura; Eva Libertad es la mayor) junto a un chico que le quiere —encarnado con mucha dulzura por Álvaro Cervantes como trasunto de la directora— y dedicada a la alfarería. Cuando se queda embarazada, empiezan sus temores, que estallan cuando nace la niña: ¿será sorda? ¿Oirá? Al miedo a ser no ser buena madre se suma la incertidumbre dentro de la pareja, en la que la hija puede tirar hacia el mundo oyente o hacia el sordo.

Es también, hasta cierto punto, el mundo de Garlo, que en su currículo tiene dos carreras, dos másteres y una tesis doctoral, además de cine y teatro junto a su hermana. “El corto fue una especie de haiku, una semilla que además me confirmó lo pedazo de actriz que es Miriam”, recuerda la directora. La aludida asegura que ella sí ha sentido el gran salto al largo “porque Ángela ha pasado a ser adulta, vive otras problemáticas y su contexto requiere de otra madurez”. Sorda alcanza hasta donde no llegaron ni francesa La familia Bélier, ni su adaptación estadounidense, CODA, que acabó ganando el Oscar. Si acaso, en su apuesta por la construcción del sonido, del silencio y del vacío, puede que Sound of Metal esté cerca, pero en Sorda hay muchas más piezas. Después de su estreno en la Berlinale, concursará en la próxima edición del certamen de Málaga para finalmente estrenarse en salas el 4 de abril.

Ambas cuentan que en el rodaje prepararon al resto del equipo técnico y que contaron con intérpretes de signos (”Una necesidad que yo no he disfrutado antes en mi vida laboral”, apunta Garlo). “Al final, el cine es un reflejo de la sociedad”, arranca la directora. “Por suerte, en los últimos años hemos visto cómo la figura hegemónica tradicionalmente tras la cámara, es decir, hombre blanco y heterosexual, se ha dinamitado y están entrando otras creadoras y creadores que abren mundos, que revisan temas antiguos y los recuentan. Eso es muy bueno, pero en el tema de las discapacidades llevamos mucho retraso como sociedad. He visto cómo Miriam se ha apuntado a un curso de interpretación, por currículo le han aceptado, y cuando ella contaba que era sorda, la respuesta es que no era un curso accesible. Esto no ocurre con la identidad y la orientación sexual, ni con el origen étnico o geográfico”.

Eva Libertad dirige a Álvaro Cervantes y Miriam Garlo en el rodaje de 'Sorda'.
Eva Libertad dirige a Álvaro Cervantes y Miriam Garlo en el rodaje de 'Sorda'.Nuria Jean

Dentro de la riqueza temática de Sorda se habla de la sobreestimulación que sufre la sociedad actual, con estímulos visuales y sonoros multiplicados —“Por eso está tan presente el ruido y su ausencia en el metraje, y por eso a veces la velocidad en su comunicación de las personas sordas parece más humana que la aceleración que la rodea”, cuenta la realizadora—. También de la vergüenza que se siente al signar o al usar audífonos: “Yo llevé audífonos 10 años”, recuerda Garlo. “Y me empezaron a cambiar el carácter. Porque no podía entender de dónde venían muchos sonidos, no podía digerir las conversaciones, y al final tomé la decisión de que prefería tener el control sobre mi orden y mi limpieza interior. Y la vergüenza que también sentía llegó al guion en una de las últimas capas”, en el personaje de un niño que lo pasa mal cuando va con sus dos madres, sordas, o con Ángela tapándose los audífonos con el pelo. “Se disimula, porque en el interior del ser humano pervive el ansia de ser aceptado”.

¿Y por qué Ángela es alfarera? “Porque en Murcia hay una tradición de alfarería de muchos años”, responde Eva Libertad. “Además, desde que imaginé a Ángela quería reflejar cómo en el mundo sordo las manos son un símbolo positivo, porque te comunicas con ellas. Así que tuve claro que tenía que trabajar con esas manos”.

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Sobre la firma

Gregorio Belinchón
Es redactor de la sección de Cultura, especializado en cine. En el diario trabajó antes en Babelia, El Espectador y Tentaciones. Empezó en radios locales de Madrid, y ha colaborado en diversas publicaciones cinematográficas como Cinemanía o Academia. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster en Relaciones Internacionales.
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