La selección de Arabia Saudí en el Mundial de Qatar
La selección saudí tiene altas expectativas pero es consciente de que ha caído en un grupo muy exigente
El plan
Las altas expectativas generadas en la clasificación para el Mundial 2022, donde se mostró muy dominante, se han estancado tras el sorteo de la fase de grupos, en el que quedó emparejado con rivales exigentes, y unos irregulares resultados en los partidos amistosos. Arabia Saudí fue la sensación de Asia en la tercera ronda de clasificación al superar un grupo difícil y desarrollar con éxito su nueva generación de futbolistas. Sin embargo, la euforia se ha rebajado tras cuatro amistosos sin victoria contra rivales del continente americano (derrotas por 1-0 ante Colombia y Venezuela en junio, y empates sin goles con Ecuador y Estados Unidos en septiembre).
Estos últimos resultados y el sorteo que ha emparejado a los Halcones Verdes con la Argentina de Lionel Messi, la Polonia de Robert Lewandowki y México, eterno tapado, no han hecho mella en la confianza del seleccionador, Hervé Renard. “Aunque estemos en un grupo difícil, hay que ser ambiciosos”, declaró a Fifa.com antes de su segundo Mundial consecutivo, tras haber dirigido a Marruecos en Rusia: “Ir al Mundial sin ambición no tiene sentido. Tenemos que esforzarnos, creer que tenemos una oportunidad y llevarnos al límite”.
Renard, ganador de la Copa Africana de Naciones con Zambia y Costa de Marfil, tuvo un paso estéril por el Cambridge United inglés. Ha modificado ligeramente su táctica en los amistosos previos al mundial, pasando del 4-2-3-1 habitual a un 4-3-3.
El empuje de Arabia Saudí, si las lesiones lo permiten, debería provenir de dos buenos laterales como Yasser Al Shahrani y Sultan Al Ghanam; el control del centro del campo será del ídolo del Al Hilal Salman, Al Faraj, y la inspiración en ataque deberá aportarla el habilidoso extremo Salem Al Dawsari. El mago del Al Nassr, Sami Al Najei, es el comodín del equipo.
Hay talento a raudales y la creencia de que es posible repetir la histórica andadura hasta los octavos de final de Estados Unidos 1994. Para que esto ocurra, todos los jugadores mencionados -con especial énfasis en Al Dawsari- deben sacudirse la presión durante una concentración al otro lado de la frontera, en Abu Dhabi, que incluye cinco amistosos.
Ránking de Arabia Saudí
Los 26 de Arabia Saudí
ALINEACIÓN PROBABLE
- 4-3-3
Al Owais;
Al Ghanam, Al Amri, Al Bulaihi, Al Shahrani;
Al Najei, Sharahili, Al Faraj;
S. Al Dawsari, Al Buraikan, Bahebri
El grupo C
La estrella, el héroe no reconocido, y el seleccionador
Salem Al Dawsari
Se espera que El Tornado deje huella en el Grupo C, si se recupera a tiempo de su operación de apendicitis. Marcó el gol de la victoria contra Egipto en el Mundial de 2018 y ha anotado con regularidad en torneos mundiales y continentales. La perspicacia del jugador de 31 años inspiró a su antiguo compañero del Al Hilal, Bafetimbi Gomis, a tuitear una foto de ellos juntos después de una exhibición de la Liga de Campeones de la AFC contra el Al Nass en octubre de 2021, con el efusivo pie de foto: “Una foto muy representativa de la admiración que siento por él. Es el mejor jugador asiático”.
Saleh Al Shehri
Muchas cosas han cambiado desde la insatisfactoria actuación en el Mundial de hace cuatro años. Sin embargo, en la delantera, sigue reinando la incertidumbre. Muchos aficionados piden al delantero del Al Fateh, Al Buraikan, y a cambio del punta del Hilal, Saleh Al Shehri. Se espera que el primero sea el titular contra Argentina, pero no hay que descartar el papel del segundo desde el banquillo. Al Shehri es un jugador desinteresado y un rematador infravalorado, cuyo papel de “suplente permanente” en el Hilal desvía la atención. Sus impresionantes siete tantos en 13 partidos de clasificación cuentan su propia historia, incluidos los goles clave contra Omán, Vietnam y China.
Hervé Renard
Los fabulosos logros de Hervé Renard en África le convirtieron en el hombre elegido para poner orden en las filas saudíes tras el bajo rendimiento de Juan Antonio Pizzi en el Mundial de 2018 y en la Copa de Asia del año siguiente. Tuvo un comienzo difícil, pero tras el empate (2-2) en la fase de clasificación frente a Yemen, el equipo encontró la consistencia en la tercera ronda. Los de Renard lograron el primer puesto del Grupo B, por delante de Japón y Australia, al tiempo que daban a conocer a jóvenes como Abdulelah Al Amri, Abdulelah Al Malki, Firas Al Buraikan y Al Najei. La presencia habitual del francés en las gradas de la Roshn Saudi League y la clara evolución de su esquema sobre el terreno de juego hacen que el país sienta que está en buenas manos.
Postura sobre Qatar
Arabia Saudí se ha vuelto a acercar a Qatar después de que la Crisis del Golfo (2017-2021) hiciera que ellos mismos, los Emiratos Árabes, Bahréin y Egipto, cortaran sus lazos diplomáticos con el anfitrión del Mundial 2022. La declaración de Al-Ula del año pasado puso fin oficialmente a este capítulo conflictivo de la historia regional. El fútbol jugó un papel simbólico en el final, ya que la participación de Arabia Saudí en la Copa del Golfo Pérsico de noviembre de 2019 en Doha supuso un deshielo en las relaciones. “Hoy tenemos unas relaciones increíbles y asombrosas con Qatar”, dijo el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohammed bin Salman, a The Atlantic en marzo. “El jeque Tamim [es] una persona maravillosa, un líder increíble”.
Himno nacional
El himno nacional, An-Nasid al-Watani as-Su udi, reúne componentes esenciales de la vida saudí; la centralidad del Islam y la importancia del Rey. Los orígenes se remontan a la visita del rey Abdulaziz a Egipto en 1947. La letra se amplió en 1958 y se actualizó en 1984. “¡Dios es el más grande! ¡Oh, mi patria! Mi patria, ¡Vive como el orgullo de los musulmanes! Viva el Rey, Por la bandera, Y la patria”, exalta.
Héroe de culto de todos los tiempos
Cuando el mundo del fútbol piensa en Arabia Saudí, no piensa en el artillero Majed Abdullah, con un récord de 72 goles en la selección, ni en el portero Mohamed Al Deayea, que ha jugado 178 partidos como internacional. La memoria se remonta a un día de ebullición en el estadio RFK de Washington en 1994 y al momento icónico de Saeed Al Owairan. El delantero regateó a medio equipo belga y marcó uno de los mejores goles en solitario de la historia de la Copa Mundial. Aunque sus problemas fuera del terreno de juego le apartaron del campo en gran parte de la Copa Mundial de 1998, el que fuera jugador del Al Shabab ocupa un lugar especial en la historia de la selección. Un ejemplo de este afecto ha sido que, en la edición de 2023 de la serie de videojuegos FIFA, se ha incluido al Al Owairan en un modelo especial de “Heroe FUT”.
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