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Toda Italia tembló con el terremoto del domingo

Juan Arias

El violento terremoto que en la noche del domingo hizo temblar a todo el país desde Bolzano a Sicilia ha sembrado la muerte y la desolación, en tres regiones del Sur: Basilicata, Campania y Puglia. Las cifras oficiales hablaban ya anoche de novecientos muertos, pero hasta los más optimistas temen que las víctimas de este terremoto, que es el cuarto más grave de la Italia moderna, puedan llegar a más de 2.000.

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El pesimismo se funda en el hecho de que aún más de setenta pueblos que han sido arrasados en el 70% no han sido aún alcanzados por los medios de socorro y están completamente aislados. El terremoto, que se manifestó con su primera sacudida a las 19.34 horas de la noche del domingo, tuvo una intensidad de 9 grados en la escala de Mercalli y de 6,8 en la de Richter.

El epicentro ha sido localizado a veinte kilómetros de la ciudad de Eboli, en la provincia de Salerno. Es una zona de las más pobres de Italia, que dio nombre al famoso libro Cristo separó en Eboli y que se refiere a su gran abandono social. Las provincias meridionales más golpeadas han sido: Potenza, Nápoles, Salerno y Avelino. En estas zonas, pueblos enteros han desaparecido.

En algunas ciudades, como Avelino, ha quedado destruido todo el centro histórico. Toda Italia siguió minuto a minuto la tragedia, porque el terremoto fue tan fuerte y advertido en toda la península, que se calcula que más de doce millones de italianos pasaron la noche en la calle. En Nápoles, más de un millón de personas no volvieron a sus casas y la ciudad se convirtió en una inmensa Babel, porque sus habitantes cogieron el coche para huir organizando un caos increíble y paralizando materialmente la ciudad. En esta ciudad sucedió una de las cosas más increíbles: un edificio nuevo de nueve pisos se convirtió en polvo, dejando sepultadas a treinta familias. También Roma vivió en la calle hasta la alta madrugada.

Casi todo el país quedó incomunicado con el Sur: el terremoto cortó la luz eléctrica y los teléfonos. Los radioaficionados, que fueron los únicos que lograron, hasta desde los centros más remotos, dar noticias durante toda la noche de lo que estaba sucediendo, supusieron una gran ayuda. Uno de ellos gritaba desde uno de los pueblecitos de Irpinia, casi destruido: «Los cadáveres están amontonados en la plaza. Se oyen los gritos de los enterrados vivos. Son las cuatro de la madrugada y aún no ha llegado nadie. Esto es un infierno». Y es que lo más grave de esta tragedia fue la imposibilidad de llegar hasta los lugares más golpeados, porque fueron interrumpidas las comunicaciones ferroviarias y las carreteras, y la niebla impedía llegar incluso a los helicópteros.

La tragedia de Balvano

Una de las escenas que más han conmovido a todo el país ha sido la tragedia de Balvano, a cuarenta kilómetros de Potenza, un pueblo de 3.000 habitantes, donde más de cien niños resultaron muertos bajo los escombros de la iglesia. Habían ido a escuchar el sermón de dos misioneros. El párroco les había pedido que fueran vestidos de domingo. Y así murieron. Se salvaron sólo el párroco y los dos misioneros y algunos de los niños más traviesos, que se habían aburrido y se salieron antes de acabar el sermón.

En algunos lugares las casas se quedaron sin fachadas como en los cuentos de hadas, mientras algunos edificios nuevos, como algunos bancos, quedaron materialmente enterrados al abrirse la tierra en sus cimientos. El tejado quedó al nivel del suelo. Muchas personas fueron halladas muertas abrazadas. Y no sólo madres con sus niños, como ocurrió en una de las iglesias derrumbadas, sino incluso hombres adultos.

Se calcula que la energía liberada por el terremoto correspondió a la que producirían 350.000 toneladas de dinamita. Los expertos explican que el seísmo fue tan fuerte porque se produjo sólo a veinte kilómetros de profundidad.

Se ha tratado, sin embargo, de una de las zonas más sísmicas de Italia. En Irpinia, por ejemplo, ya en 1930 un terremoto produjo 1.425 muertos. Desde el siglo pasado en Italia los terremotos más importantes fueron, en 1908, el de Mesina y Regio Calabria, con la cifra récord de 123.000 muertos. Le siguió Avezzano, con 29.978. Anteriormente, en 1805, en Molise, se produjeron 5.573 víctimas. El último terremoto de la intensidad de este último tuvo lugar en Friuli, en 1976, con un balance de 966 muertos.

Llueven las críticas sobre las autoridades que, aún sabiendo que las zonas golpeadas el domingo se encuentran entre las más sísmicas, poco han hecho por prever nuevos desastres.

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