El Papa pide el derecho de autodeterminación para Polonia
Polonia "tiene derecho a solucionar autónomamente sus problemas", declaró el domingo en Castelgandolfo el papa Juan Pablo II a un grupo de peregrinos polacos que se desplazaron hasta su residencia veraniega para rezar junto con el Sumo Pontífice la oración del Angelus, según informa desde Roma nuestro corresponsal Juan Arias.
Las palabras del Papa, pronunciadas en polaco y en tono tenso y preocupado, estaban dirigidas, en opinión de los observadores, no sólo al pueblo polaco, sino a la URSS. "La nación polaca", dijo Juan Pablo II, "ha pagado un precio tan alto por su independencia que tiene el derecho a decidir sus asuntos de modo autónomo"."Ya fue derramada demasiada sangre en la última guerra mundial", añadió el Papa, "para que se pueda hablar o pensar en un nuevo derramamiento de sangre polaca".
Los obispos polacos condenaron el domingo el monopolio ejercido por el partido comunista sobre los medios informativos en una carta pastoral leída, a petición de la Conferencia Episcopal, en todas las iglesias del país.
Difundida con motivo de la jornada mundial de los medios de comunicación proclamada por Juan Pablo II, la carta de los obispos polacos respalda las revindicaciones del sindicato Solidaridad al calificar de "intolerable" la "limitación de la libertad de expresión", porque "los puntos de vista expresados podrían contener verdades desagradables para algunos y no acordes con los conceptos de un grupo determinado".
"Es inaceptable", declaran solemnemente los obispos, "que un solo grupo social, que una sola ideología ejerza su monopolio sobre los medios informativos para propagar sus puntos de vista".
Cuarenta y, ocho horas antes de que se diese a conocer esta carta pastoral, el presidente del sindicato Solidaridad, Lech Walesa, fue recibido en audiencia por el cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp, según informaron el domingo en Gdansk fuentes sindicales.
Los medios de información iniciaron ayer, a pesar de las críticas formuladas por la Conferencia Episcopal, una amplia campaña de propaganda, en las que se denuncia la politización del sindicato Solidaridad.
Mientras la agencia de Prensa oficial PAP asegura que numerosos militantes sindicales se están dando de baja -Solidaridad sólo reconoce la pérdida de doscientos miembros-, la televisión recalca las resoluciones adoptadas por las organizaciones sectoriales del POUP (Partido Obrero Unificado Polaco, comunista) en las que se aprueba la declaración publicada el miércoles por la noche por el Buró Político del PC, y, en las que se acusa a Solidaridad de haber roto unilateralmente los acuerdos de Gdansk, Szczecin y Jastrzebie.
Polonia entró ayer en una semana crucial, que concluirá el próximo sábado con la reanudación del congreso nacional de Solidaridad y que empezó el domingo con un Consejo de Ministros extraordinario, en el que también participaron los gobernadores civiles y los alcaldes de las principales ciudades.
La reunión estuvo dedicada a los "problemas urgentes vinculados a la actual situación política, económica y social del país", y en este contexto el Gobierno tomó "varias decisiones indispensables", tendentes a mejorar la situación en el mercado interior este próximo invierno.
En Alemania Occidental, Willy Brandt, presidente del Partido Socialdemócrata, declaro ayer que Polonia necesita "sobre todo" trabajo.
La agencia oficial soviética TASS acuso aver a Solidaridad de "prepararse activamente" en la segunda ronda de su congreso a llevar a cabo "resueltas acciones" para "Iuchar contra el poder político". "La dirección" politiquera" de Solidaridad, esta siendo alentada por centros subversivos y servicios especiales occidentales".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.