El Rey pide conservar el "impulso" de este año y que Cartuja 93 sepa generar progreso social
"Por encima de, aciertos o de errores, de discrepancias concretas, tiene que proseguir ese gran impulso nacional que, a lo, largo de este año de 1992, ha mostrado la fuerza de este: país", afirmó ayer el Rey. "Hay que canalizarlo para poder afrontar con garantía los retos de esta década", agregó en el brindis del almuerzo que ofreció en el Pabellón Real.Sobre esa misma idea volvió a incidir don Juan Carlos en la ceremonia de clausura de la Expo, al expresar su deseo de que "Cartuja 93 sepa generar desarrollo económico y progreso social, bienestar y solidaridad aprovechando los recursos que aquí se han creado".
Don Juan Carlos, que presidió la ceremonia de clausura en el Pabellón dé España al que llegó en un catamarán, subrayó que "ha valido la, pena". el esfuerzo realizado para organizar la Cumbre Iberoamericana, los JJ OO y la Expo, objetivos que podían parecer "excesivamente arriesgados" cuando se asumieron. Este esfuerzo ha dado, sin embargo, "un resultado que honra a los españoles".Y agregó: "No podemos darnos por satisfechos, sino que de bemos perseguir nuevas metas que confirmen a España como un país moderno". Entre esas metas, mencionó una "contribución decidida al gran proyecto de la integración europea", especialmente en momentos para Europa "de inquietud, que sacuden los cimientos de un edificio construido con dedicación".Agradecimiento a Sevilla
El texto resumido del discurso del Rey es el siguiente:
"Nos reunimos hoy, 12 de octubre de 1992, para clausurar la Exposición Universal de Sevilla.
España, Andalucía y Sevilla se han entregado durante estos meses, dando lo mejor de sí mismas, para conseguir que este acontecimiento universal haya alcanzado el evidente éxito que ahora ya todos, felizmente, le reconocen.
Quiero manifestar mi agradecimiento a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, a las Fuerzas Armadas, al conjunto de los trabajadores de todas las naciones aquí presentes, a los responsables y directivos de las diversas administraciones y de las empresas públicas y privadas y, con singular cariño, al pueblo de Sevilla que ha sabido hacer suya esta Exposición Universal.
Muchas gracias a todos. Sin vuestra colaboración, esfuerzo y generosidad sin límites, la Exposición Universal de Sevilla no podría haberse convertido en el acontecimiento mundial que ha sido.
El gran número de países y visitantes, la muy amplia y variada oferta cultural, la convivencia pacífica durante seis meses en esta isla de La Cartuja, las infraestructuras de transportes y comunicaciones creadas y nuestra imagen como nación ante el mundo atestiguan que el esfuerzo hecho por España ha merecido la pena.
No es hora, sin embargo, sólo de legítimas complaciencias. El futuro que nos aguarda no comienza mañana. Empezó ya ayer, lo venimos construyendo desde la energía creada durante estos años que ahora hemos de multiplicar para seguir avanzando. Con este deseo, declaro clausurada la Exposición Universal de Sevilla 1992".
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