Los yernos de Sadam que huyeron del país mueren linchados por sus parientes en su casa de Bagdad
Los traidores traicionados. Así podía titularse el último y sangriento capítulo de la saga de los dos principales desertores iraquíes, que fueron linchados y acribillados por sus parientes tras retomar a Bagdad creyendo en la misercordia de su suegro, el presidente Sadam Husein. Escuetos informes de la capital iraquí señalaban esta madrugada que el general Husein Kainel y su hermano Sadam habían sido muertos cuando una turba aparentemente encabezada por miembros de su familia, el clan de los Al-Majid, irrumpió violentamente en la casa donde se hospedaban tras regresar de seis meses de exilio en Jordania. En el ataque también resultaron muertos el padre y otro hermano de Husein Kamel.
El general Husein Karriel era hasta su huida a Jordania, en agosto de 1995, el responsable de la industria militar iraquí y director de todo el programa armamentístico de Bagdad, y su hermano Sadam uno de los jefes de la poderosa y temida Guardia Republicana, el cuerpo militar de élite del Ejército iraquí.El ataque ocurrió horas después de que los yernos del presidente de Irak hubieran sido oficialmente notificados de sus respectivos divorcios en un trámite relámpago en los tribunales de Bagdad. Un portavoz oficial citado por el canal de la televisión iraquí que pertenece al irascible hijo de Sadam, Udai, dijo que el ataque fue protagonizado por "varias personas jóvenes" y que en un posterior tiroteo habían perecido los dos desertores y algunos miembros de su familia, entre ellos su padre y otro hermano, Hakim, así como dos vecinos y un niño, víctimas del fuego cruzado.
A pesar de la falta de detalles, anoche no era difícil especular que la matanza fue planeada y ejecutada con el específico objetivo de recordar a todo el mundo que en el Irak de Sadam no se perdona la traición. Lo que no se dijo, sin embargo, es que nadie sin el permiso del régimen puede organizar una manifestación, y mucho menos si en ésta se van a utilizar armas de fuego.
Desde su regreso a Irak el miércoles, los desertores no habían hecho declaración alguna. Pero en su mensaje de despedida de Jordania dieron a entender que se estaban acogiendo a una amnistía. Que ésta era obviamente inexistente fue algo que quedó claro cuando los órganos oficiales de prensa de Irak puntualizaron que serían tratados como "ciudadanos corrientes y comunes". De perdón oficial como tal nunca se habló. En los comunicados se hizo hincapié en "la afrenta sufrida" por Irak a raíz de las deserciones de los dos militares agravada por el humillante elemento de traición familiar.
Divorciadas y Viudas
Las noticias sobre la ejecución de los yernos de Sadam fueron el epílogo de una jornada jurídica a la iraquí. De regreso en casa, las dos hijas de Sadam Husein eligieron entre papá y sus maridos. Como quedó demostrado, para ellas ésto supuso una súbita y doble viudez.La radio de Bagdad y la agencia oficial de noticias comunicaron ayer que las hijas de Sadam se habían divorciado de sus maridos por traición a la patria. Ello colocó al general Husein Kamel y a su hermano en el umbral del patíbulo. Los dos estaban finalmente al alcance del suegro tras su aparatoso punto final a medio año de exilio en Jordania.
Raghad y Rana, las hijas de Sadam Husein, fueron aparentemente engañadas por sus maridos cuando éstos emprendieron la fuga. Los yernos les dijeron que se iban de vacaciones a Bulgaria. Solo al llegar a Ammán les contaron la verdad. La agencia de noticias iraquí dijo que las dos mujeres "no querían seguir casadas con hombres que han traicionado a la patria, la confianza y los altos valores de sus nobles familias y sus consanguíneos".
Que se sepa, es la primera vez que se conocen las opiniones de las hijas de Sadam. Durante el exilio jamás pronunciaron una palabra en público, ni siquiera para quejarse del gélido ambiente social encontrado en Jordania, un país que secretamente admira a su padre y que a pesar de las presiones de la corona rehusó premiar las traiciones. La justicia iraquí sentenció rápidamente a favor del doble divorcio.
Los dos protagonistas de la deserción que hizo concebir a muchos observadores la ilusión de una inevitable y próxima caída de Sadam Husein habían sido descritos estos días en la prensa oficial de Bagdad como "insectos asquerosos". Si algo hay en común en el derrotado y empobrecido Irak de hoy es el desprecio a los dos cabecillas de la "gran traición".
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