Desmontada una red con base en Madrid que introdujo chinos en nueve meses

Cinco ciudadanos chinos -dos mujeres y tres hombres- han sido puestos a disposición judicial como presuntos integrantes de una red de inmigración ilegal, que tenía una importante base de operaciones en un piso de Madrid, según fuentes policiales. A los detenidos se les relaciona con la introducción en Europa y América de más de 500 chinos. Cada uno de éstos abonó casi cuatro millones de pesetas por la documentación falsa necesaria para acceder a Estados Unídos, Canadá e Inglaterra.La Comisaría General de Documentación y Extranjería fue alertada hace varias semanas por los servicios aduaneros franceses, después de que éstos localizaran en el aeropuerto de Orly a 10 chinos que, procedentes de España y provistos de pasaportes japoneses, pretendían viajar a Estados Unidos.

Las investigaciones condujeron hasta Xiao Tian Yan, Mu Hu Wong y Yí Qi Zhang, así como a las mujeres Xiao Ling Chen y Bao Wang, con edades comprendidas entre 26 y 49 anos, que residían en un hotel de la calle de Mesonero Romanos, de Madrid. Al ser detenidos, portaban pasaportes de Japón y Singapur, pese a ser de Fujián (China). Se hacían pasar por turistas y comerciantes.

Las pesquisas posteriores llevaron hasta un piso del número 29 del Paseo Imperial, de Madrid, al que eran trasladados los inmigrantes ilegales chinos mientras se les aprovisionaba de la documentación falsa necesaria para entrar en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra. En el inmueble, sucio y mal equipado, los chinos recibían clases de inglés, a través de grabaciones en vídeo, para que supieran responder a las más elementales preguntas que les pudieran hacer los policías fronterizos de estos países y, además, memorizar su nueva identidad.Clientes analfabetos

La organización, que podría haber metido en los últimos nueve meses a más de 500 chinos en España, captaba clientes analfabetos, a los que exigía unos 30.000 dólares (cuatro millones de pesetas) a cambio de introducirlos en occidente y facilitarles trabajo. La red trasladaba a sus clientes desde China a a Bangkok (Tailandia) y Singapur y, tras dotarles de pasaportes falsos de esas nacionalidades, los conducía después a estados firmantes del Tratado de Schengen, preferentemente Alemania, Francia y España.

Al llegar a Madrid, la banda dotaba de pasaportes japoneses a los que querían entrar en Canadá o Estados Unidos, países que no exigen visado a los nipones. Si su destino era Inglaterra, a los inmigrantes se les convertía en ciudadanos de Singapur, que no necesitan visado para el Reino Unido.

"Las falsificaciones no sólo eran buenas, sino muy buenas", reconoció ayer uno de los jefes de la investigación. La red facilitaba a cada chino dos pasaportes con dos identidades diferentes: uno que usaba sólo para entrar en el país de destino y que inmediatamente después devolvía al correo de la organización; y otro con el que se quedaba el chino, que desde ese momento adoptaba la nueva identidad.

La policía no ha logrado detener al responsable del piso de acogida del Paseo Imperial, pero ha decomisado 24 pasaportes falsos de Japón y Singapur, además de tarjetas de crédito, permisos de conducir de Malaisia y Bangladesh, y unos 10 millones de pesetas en divisas.