Champalimaud considera "absurda y hostil" la oferta de compra del BCP

El presidente del Banco Pinto & Sotto Mayor, Luís Champalimaud, calificó de "hostil y absurda" la oferta pública de compra del grupo asegurador Mundial Confiança, cabecera del conglomerado financiero Champalimaud, por parte del Banco Comercial Portugués (BCP) para intentar impedir el acuerdo con el Banco Santander Central Hispano (BSCH). El hijo del industrial y financiero António Champalimaud reiteró que la alianza con el banco español se mantiene firme y confirmó que el grupo responderá al veto político del Gobierno luso.

En declaraciones a la radio portuguesa TSF, Luís Champalimaud explicó que la oferta del BCP sobre la totalidad del Grupo Mundial Confiança carece de "racionalidad económica y financiera" y es "extraordinariamente extraña y absurda". Tras el veto político del Gobierno portugués, el Grupo Champalimaud explicó que "mantiene su alianza con el BSCH" y rechaza cualquier oferta de compra por parte del BCP. El presidente de esta institución, Jorge Jardim Gonçalves, antiguo socio del Banco Central Hispano (BCH) hasta su fusión con el Santander, explicará hoy las intenciones de esa oferta, ya fracasada, y la estrategia de concentración de la banca privada para evitar, de acuerdo con el Gobierno de Lisboa, que el sistema financiero luso caiga en manos de grupos extranjeros y, especialmente, españoles.

Desde la fusión del Central Hispano con el Santander, los principales grupos financieros portugueses han mantenido diversas reuniones con su Gobierno para evitar perder el control del sistema financiero, invocando siempre "el interés nacional". Esas reuniones se intensificaron desde el anuncio del acuerdo entre el Grupo Champalimaud y el BSCH. Con el objeto de defender la decisión del Gobierno luso, el ministro del Interior, Jorge Coelho, afirmó que los empresarios hacen mucha falta al país "porque crean empleo y riqueza, pero tienen que respetar al Gobierno y al Estado de derecho".

Oposición insostenible

Diversos analistas portugueses han calificado de insostenibles los argumentos jurídicos del Gobierno de Lisboa para vetar el acuerdo entre ambos grupos y han criticado la falta de previsión del Ejecutivo y los grandes bancos para hacer frente a operaciones de compra o intercambio de acciones que se esperaban desde hacía tiempo. Asimismo, se preguntan si el invocado interés nacional no busca las ventajas de los clientes, sino, en realidad, el interés de los principales financieros para no perder sus parcelas de poder en la futura concentración bancaria. El director del diario Público, José Manuel Fernandes, explica en un editorial que el "embrollo al que hemos llegado, no lo olvidemos, comenzó porque se tuvo la obsesión de evitar la entrada de los españoles en el mercado bancario portugués". Actuar de esta forma, dice, "teniendo como única obsesión apartar a "nuestros hermanos", puede generar los efectos más perversos e imprevisibles daños colaterales".

Por su parte, un especialista del periodismo económico, Francisco Sarsfield Cabral, reconoce que "el rechazo persistente a ser absorbidos por España es un trazo constitutivo de la identidad portuguesa" que siempre ha tenido la "preocupación fundada" de la invasión. Pero explica que a esa invasión no se responde "con la ilusión de mantener los grupos nacionales inmunes al control extranjero". A su juicio, las respuesta es "acelerar la internacionalización de nuestras empresas, invirtiendo más en el extranjero, de forma general, y en España en particular; la estrategia debe ser ofensiva y no defensiva". Para el director del Diário de Notícias, M. Bettencourt Resendes, la "estrategia española de ocupación de altos cargos en organizaciones internacionales es un buen ejemplo de ese espíritu (defender con garra y orgullo las iniciativas que pueden tener reflejos positivos en su imagen exterior)".