Una insospechada pero decisiva pista

Un recorte de papel con unos apuntes en euskera en un contenedor de basuras pasaría desapercibido en cualquier gran ciudad. Pero no en una pequeña urbanización de 357 habitantes en la población de Argentona, donde ayer la Guardia Civil detuvo a una pareja de jóvenes acusada de colaborar con el comando Barcelona de ETA. Cuatro meses de investigaciones desde que un vecino de la urbanización Can Raimí alertara del hallazgo del manuscrito a la Policía Local y ésta a la Guardia Civil, informa Montse Sogues.

Pedro Álvarez Fernández de Mendía y su compañera Aurelia Comas Riera compartían en esta urbanización un chalé propiedad del padre de ella. Álvarez, de origen vasco, es profesor de euskera en Barcelona y estaba fichado por su participación en actos de kale borroka, según informa Europa Press.

La desarticulación del 'comando' evidencia los vínculos entre ETA y algunos elementos 'okupa'

Aurelia Comas, Ure, de 31 años, trabaja como periodista en la sección judicial en la edición del Maresme del rotativo El Punt. Su detención sorprendió no sólo a sus compañeros del periódico, donde se caracterizaba por su carácter reservado, sino también a su padre, Aureli Comas, que se enteró de la noticia por televisión. Apareció en su vivienda ocho horas después de la detención de su hija.

Aureli desconocía entonces que su sobrina, Laura Riera Valenciano, de 23 años, también había sido detenida en Terrassa por su presunta vinculación al comando, cuya desarticulación ha confirmado la cobertura que algunos elementos del movimiento okupa prestan al entramado de la organización terrorista en Cataluña.

Laura Riera es una militante histórica de estos colectivos radicales y había sido detenida en 1997 por resistencia a agentes de la autoridad. Pedro, Aurelia y su prima Laura integraban, según fuentes de la investigación, el grupo de apoyo del comando etarra. Algunas fuentes apuntaron que la pareja sufragaba el alquiler del piso que los tres miembros del comando ocupaban en la calle de Villarroel de Barcelona.

Si con anterioridad ETA se había apoyado en Cataluña en militantes del independentismo radical -el histórico Juan Carlos Monteguado perteneció a Terra Lliure- , o de la extrema izquierda clásica -Dólores López Resina procedía del PCI-, ahora la organización armada busca ampliar su base social de colaboradores. Y en el movimiento okupa ha encontrado algunos aliados, lo que ha abierto una certera línea de investigación para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado. 'Ya hace tiempo que venimos diciendo que dentro del colectivo okupa hay personas, creo que aún a título individual, que muestran simpatías hacia ETA', manifestó ayer el consejero de Interior del Gobierno catalán, Xavier Pomés.

En enero, en la última desarticulación del comando Barcelona, la policía ya estrechó los lazos entre ambos colectivos con la detención de Zigor Larredonda, considerado uno de los líderes del movimiento okupa en Terrassa, cuya asamblea cuenta con un centenar de militantes. Zigor mantenía una estrecha amistad con Laura Riera, la detenida ayer. Riera compartía un piso en Terrassa, en la calle Nicolau Talló, con otras dos jóvenes de estética okupa, según vecinos del inmueble.

La tesis sobre los vínculos entre los círculos radicales y el entorno de ETA también fue confirmada por el alcalde de Terrassa, Manuel Royes. Laura Riera había trabajado hace cinco meses como auxiliar administrativa en el Ayuntamiento y en el Consejo Municipal de la Juventud, informa informa Lluís Maldonado. No obstante, Royes matizó que 'no por ello se debe criminalizar a todo el movimiento'. A pesar de que la detenida estuvo empleada en los servicios de recaudación de impuestos, el alcalde afirmó que en ningún momento tuvo acceso a información privilegiada.