Irak, primera guerra civil árabe
El centro de análisis Brookings Institution advierte en un informe de que una extensión del conflicto iraquí podría provocar una desestabilización regional en Oriente Próximo
El problema no está ya en saber si Irak padece una guerra civil. La cuestión es, según un informe que presentó ayer uno de los centros de estudios más prestigiosos de Estados Unidos, qué se puede hacer para evitar que este conflicto interno se convierta en una crisis regional de imprevisibles consecuencias para la estabilidad global. "Cada día que pasa, Irak se sumerge más profundamente en el abismo de la guerra civil. Preguntar quién puede ganar en ese tipo de conflictos es como preguntar quién ganó en el terremoto de San Francisco", asegura el informe de la Brookings Institution.
Partiendo del estudio de las guerras civiles que sacudieron el mundo en los años setenta, ochenta y noventa -Líbano, Afganistán, Bosnia, Chechenia, Tayikistán, Congo o Ruanda, entre otras-, el informe trata de buscar el punto de inflexión en el que una guerra civil degenera en un conflicto mucho más amplio.
El documento, titulado El desmoronamiento: contener las consecuencias de la guerra civil en Irak, ofrece una serie de consejos para tratar de frenar las consecuencias en toda la región, quizá en todo el planeta, de lo que cada vez se describe con mayor frecuencia como "el fracaso en Irak". En su primera frase, los autores del documento escriben: "Independientemente de la definición que se utilice, Irak padece una guerra civil".
El texto describe las consecuencias de otras guerras civiles totales -crisis de refugiados, aumento del terrorismo global, radicalización de los países vecinos, posibles secesiones, pérdidas económicas, intervención de los Estados colindantes- que cada vez se sufren con mayor intensidad en Irak.
Los autores del informe aseguran que no son optimistas. "Muy pocas naciones han conseguido evitar que una guerra civil degenere en un conflicto interno total", señalan. "Fue la arrogancia ante la historia la que nos hizo pensar que podíamos invadir Irak sin preparar una ocupación y deberíamos mostrar mucha más humildad al asumir las lecciones de ello para enfrentarnos a lo que tememos puede ser la siguiente fase en la trágica historia de Irak".
Bosnia y Líbano
"Lo único que se interpone entre Irak y una guerra civil como la de Bosnia o Líbano son los 140.000 soldados estadounidenses presentes. A no ser que Estados Unidos y el nuevo Gobierno iraquí tomen una acción radical para cambiar el curso de los acontecimientos, la guerra civil será una amenaza para todos los países ricos en petróleo del golfo Pérsico", señala el texto.
La investigación de la Brookings Institution se difunde en un momento en que la guerra de Irak está en el centro de debate político en EE UU. Pese a las críticas de un Congreso controlado por los demócratas, el presidente George W. Bush acaba de ordenar el envío de 21.000 soldados de refuerzo a la zona para tratar de frenar las matanzas que producen decenas de muertos cada día. Los expertos creen que en Irak se producen varias guerras a la vez -chiíes contra suníes, chiíes contra chiíes, EE UU contra insurgentes y Al Qaeda-, a lo que hay que sumar una criminalidad común rampante que se nutre del caos.
Los autores del texto, Daniel L. Byman y Kenneth M. Pollack, son dos grandes expertos en Oriente Próximo y en el terrorismo global. Pollack es un antiguo analista de la CIA que colaboró con la Administración de Clinton. Byman trabajó como analista para Oriente Próximo para el Gobierno de Estados Unidos.
"Irak está descendiendo rápidamente hacia una guerra civil total. Desafortunadamente, Estados Unidos no podrá simplemente huir del caos. Incluso olvidando la pesadilla humanitaria que se produciría, una guerra civil a gran escala no se quedaría en Irak: históricamente, este tipo de conflictos tiene a menudo efectos muy nocivos en los países vecinos y en otros Estados. Un contagio de la guerra civil iraquí sería un desastre. Estados Unidos tiene demasiados intereses en Oriente Próximo para ignorar las consecuencias. Es imperativo que Estados Unidos elabore un plan para contener una guerra civil total en Irak", señala el informe, que cifra entre 50.000 y 150.000 los muertos que ha producido hasta ahora el conflicto.
Basándose en la experiencia de conflictos civiles anteriores a gran escala, el documento ofrece 13 recomendaciones que Washington debería seguir si quiere tratar de prevenir el desastre total:
- No tratar de elegir un ganador (esto es, no apoyar a ninguna de las facciones).
- Evitar la partición, al menos por ahora (ya que provocaría una mayor limpieza étnica).
- No dejar el problema en manos de Naciones Unidas.
- Retirada de los centros de población urbana (a no ser que se desplieguen 450.000 soldados).
- Ayudar a los países vecinos.
- Reforzar la estabilidad regional.
- Disuadir a los países vecinos de intervenir.
- Marcar líneas rojas a Irán.
- Establecer un grupo de contacto.
- Prepararse para problemas en el suministro de petróleo.
- Contener a los kurdos (evitar que declaren su independencia).
- Atacar las bases de los terroristas.
- Establecer zonas seguras en las fronteras.
EL PELIGRO DE UNA CATÁSTROFE EN ORIENTE PRÓXIMO
Además de las consideraciones humanitarias, los cientos de miles de personas que huyen de una guerra civil pueden crear problemas estratégicos en los Estados vecinos, cuya demografía puede verse afectada
El terrorismo suele asentar sus bases en países que padecen conflictos civiles, que a su vez alimentan a los grupos terroristas, como ocurrió con Hezbolá en Líbano
Las poblaciones de los países vecinos pueden contagiarse del conflicto. El ejemplo más cercano es Albania durante la crisis de Kosovo
Las guerras civiles tienen efectos económicos devastadores no sólo para los países que las padecen, sino también para los vecinos
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