El campo argentino da un respiro al Gobierno con una tregua de 30 días
Los agricultores exigen a la presidenta Fernández que cumpla la Constitución
El campo argentino decidió ayer suspender durante 30 días la huelga que mantiene contra la subida de retenciones a la exportación aprobada a principios de marzo por el Gobierno de Cristina Fernández. Un conflicto que ha provocado la mayor protesta social en el país desde que los Kirchner llegaran al poder en 2003. Los productores agropecuarios han amenazado con que, de no llegarse a un acuerdo en este tiempo, "los cortes de carreteras serán definitivos".
Ayer, las mercancías comenzaron a entrar en el mercado central de Buenos Aires, donde se necesitarán entre dos y siete días para regularizar la situación.
El abastecimiento de los mercados tardará una semana en normalizarse
Además, las organizaciones agrarias leyeron una solemne declaración en la que el campo argentino exige a la presidenta que sea el Congreso quien elabore las leyes sobre impuestos. "Así se hace en todas las democracias del mundo", destaca el texto que reclama que se respeten los mecanismos de decisión establecidos en la Constitución. Una respuesta directa a las acusaciones de golpismo lanzadas por Fernández contra los productores agropecuarios.
Después de la demostración de poder que Fernández hizo en la tarde del martes en la plaza de Mayo, donde decenas de miles de personas se movilizaron para apoyar a la mandataria, los agricultores respondieron ayer con una concentración en el bloqueo más importante, el de Gualeguaychú, a unos 200 kilómetros de Buenos Aires. Menos de 24 horas antes, en una plaza abarrotada, respaldada por todos sus ministros, casi todos los gobernadores del país, las Madres de la Plaza de Mayo y los líderes piqueteros violentos, la mandataria argentina había relacionado el paro agropecuario con el espíritu golpista del 76 y exigió que dejaran "de insultar a los argentinos".
Ayer, en una convocatoria muchísimo menor por su naturaleza y lugar de celebración pero seguida en directo por todo el país, los productores agropecuarios quisieron dar un carácter solemne a la reunión: se pronunciaron discursos en verso, se entonó el himno nacional, se rezó una oración de protección a la patria y finalmente se leyó la Proclama de Gualeguaychú mientras flameaban centenares de banderas argentinas. "Nuestra reclamación no tiene precedentes en la historia del país. Los hombres del campo no usamos pistolas sino herramientas de trabajo", subrayó Raúl Sobredo encargado de leer el documento esperado.
El campo levanta, pues, la huelga antes de perder el apoyo de las ciudades debido al desabastecimiento continuado, un soporte que ha obligado a reaccionar al Gobierno y que así queda intacto para cuando acabe el plazo dado. Los productores agrarios lanzaron ayer sus dardos contra la violencia empleada la semana pasada por grupos de camioneros y piqueteros afines al Gobierno, dirigidos por el sindicalista Hugo Moyano y el piquetero Luis D'Elía. Ambos estaban el martes en la tribuna de autoridades junto a la presidenta Fernández.
Moyano mostraba un cartel que rezaba "Clarín miente", en referencia al mayor periódico del país, que también recibió ataques de la mandataria. Oyero Ronconi provocó la ovación de los asistentes con una frase que resume cómo se ve el conflicto desde una parte: "No nos gusta que nos metan las manos en los bolsillos para mantener a gente que no trabaja, parásitos y patoteros [matones]".
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