El exasesor de Macron despedido dice que habla de forma habitual con el presidente francés
El Elíseo rechaza la versión de Alexandre Benalla y asegura que este pretende "vengarse"
El discurso de fin de año de Emmanuel Macron era esperado con especial atención tras las maniobras y correcciones que se ha visto obligado a hacer el Gobierno del presidente francés para aplacar la cólera de los chalecos amarillos. Pero en medio de los nuevos propósitos y estrategias ha resurgido con fuerza el affaire Alexandre Benalla, el exasesor de seguridad del presidente despedido tras agredir a unos manifestantes. El Elíseo le acusó este lunes de pretender "vengarse" después de que afirmara en una entrevista que ha mantenido un contacto habitual con Macron tras el despido.
La virulencia de la respuesta oficial muestra el grado de preocupación ante un asunto que el Gobierno creía ya enterrado pero que ha resurgido con fuerza los últimos días. En la noche del domingo, Benalla aseguró al diario en línea Mediapart que siguió en contacto de forma regular con Macron a pesar de haber sido despedido en verano, después de que se provocara un gran revuelo mediático y político tras conocerse que el que fuera la sombra del mandatario había recibido una sanción mínima pese a que agredió a varios manifestantes cuando acompañaba a la policía como observador durante las protestas del 1 de mayo. Poco después de la publicación de la entrevista, este lunes, la presidencia francesa afirmó a varios medios que sus palabras no son más que una “serie de tergiversaciones y aproximaciones” que no buscan más que “vengarse” del Elíseo.
“Hablamos sobre temas diversos. Suele ser en la forma ‘¿cómo ves tú las cosas?’ Puede ser tanto sobre los chalecos amarillos como consideraciones sobre tal o cual tema o sobre cuestiones de seguridad. En líneas generales es un: ‘¿Qué sensación te da esto?”, declaró Benalla a Mediapart sobre sus contactos con Macron. En la entrevista, el que fuera responsable de la seguridad de Macron desde tiempos de la campaña afirma que los contactos con el presidente continuaron hasta que la prensa reveló, la semana pasada, que usó un pasaporte diplomático para sus viajes a África, donde ha empezado a trabajar como consultor. “Ahí, el contacto se cortó”, señaló Benalla, de 27 años. Pero dijo tener pruebas de que dichos contactos, esencialmente a través de la aplicación Telegram, tuvieron lugar. “Eso no lo van a poder negar jamás. Va a ser muy duro desmentirlo porque todos esos intercambios están en mi teléfono móvil”, agregó.
La reacción oficial fue inmediata y furibunda. “No queremos continuar un diálogo a través de la prensa interpuesta con el señor Benalla, que se venga de su despido por falta grave manteniendo todo una serie de tergiversaciones y aproximaciones”, dijeron fuentes del Elíseo a la Agencia France Presse.
Sin embargo, según el periodista que entrevistó a Benalla, Fabrice Arfi, el director de comunicación del Elíseo, Sylvain Fort, le acabó confirmando que hubo contactos entre ambos, aunque negó que fueran de la forma y sobre los temas que evoca el exasesor en Mediapart. “Digo que no ha habido ‘intercambios regulares’ y que en ningún caso lo fueron sobre los temas evocados por AB (Alexandre Benalla)”, cita el periodista al alto responsable del Elíseo en su cuenta de Twitter.
Desde el Elíseo también se rechazó la versión de Benalla sobre sus dos pasaportes diplomáticos, que el hombre asegura le fueron devueltos en octubre junto con otros efectos personales. Según AFP, la presidencia francesa asegura que no tenía dichos documentos y que, por tanto, no pudo habérselos devuelto, tal como afirma este. El uso de un pasaporte diplomático en los viajes que realizó durante los últimos meses a varios países africanos, donde se reunió con presidentes y otras altas autoridades, es una de las cuestiones más controvertidas en este resurgimiento del caso Benalla, que ya provocó que se cuestionara a Macron durante el verano.
Informada por el ministro de Exteriores, Jean-Yves Le Drian, la Fiscalía abrió el sábado una investigación preliminar contra Benalla por abuso de confianza y uso ilícito de un documento en calidad de profesional.
También este lunes, el Ministerio de Exteriores emitió un largo comunicado dedicado a desmentir punto por punto las “alegaciones o insinuaciones” de Benalla e insistiendo en que este “en ningún momento se benefició de ninguna indulgencia particular” de las autoridades para usar los pasaportes diplomáticos.
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