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Matteo Salvini: “Lo que pase en julio en España determinará de qué parte está el Partido Popular Europeo”

El vicepresidente del Ejecutivo italiano, admirador de Isabel Díaz Ayuso, busca una alianza que una a todo el espectro de la derecha en Bruselas para desalojar a la izquierda en 2024

Matteo Salvini
Matteo Salvini, en su despacho del ministerio de Infraestructura y Transporte de Italia, este miércoles.Antonio Masiello
Daniel Verdú

La coalición que lidera la ultraderechista Giorgia Meloni gobierna Italia plácidamente desde octubre. La izquierda está rota. No hay oposición. Y los tres partidos que conforman el artefacto electoral vencedor (Hermanos de Italia, la Liga y Forza Italia) se muestran en público bien avenidos. Matteo Salvini (Milán, 50 años), líder de la Liga, disfruta de la vicepresidencia del Ejecutivo y del Ministerio de Infraestructuras y Transportes. Sin embargo, las tres formaciones miran a las elecciones europeas de 2024, donde buscan cambiar los equilibrios de fuerza y la derecha radical intenta seducir al Partido Popular Europeo (PPE) para que marque distancias con el Partido Socialista. Italia, también en esto, ha vuelto a ser un laboratorio cuya fórmula podría aplicarse a toda Europa. Y Salvini, que habla ampliamente del tema en una entrevista con EL PAÍS, este miércoles por la tarde en su despacho en Roma, es muy consciente de la partida que comienza a jugarse y que pasa por el resultado electoral del próximo 23 de julio en España.

Pregunta. Tras las elecciones españolas del pasado domingo felicitó a Vox y al PP.

Respuesta. Fueron muy bien.

P. Pero, ¿de quién se siente más cerca?

R. He seguido con enorme interés los avances de la presidenta [de Madrid] Isabel Díaz Ayuso. Durante la pandemia mantuvo una postura totalmente distinta a la del Gobierno o a la de Barcelona. Y los números le dieron la razón desde el punto de vista económico, de aperturas e inversiones, del valor inmobiliario… Madrid ha vivido un crecimiento increíble. Y el voto le ha dado la razón.

P. Los datos de muertes en las residencias no fueron tan buenos.

R. Corrió riesgos. Pero al final hubo más cosas positivas que negativas.

P. ¿Le gusta el modelo Ayuso?

R. Me gusta un cierto tipo de PP que no guiña el ojo a la izquierda. Pero me reuniría también con [Santiago] Abascal: en algunos temas, ligados a la seguridad y a las familias, vemos las cosas igual; en otros, como la autonomía, estamos algo alejados.

P. Las elecciones han provocado el adelanto electoral. ¿Qué impacto tendrá en Europa?

R. Tendrán un gran impacto. También en otoño las polacas. Son dos grandes países que pueden prolongar una tendencia positiva en junio de 2024 [elecciones europeas]. La hipótesis de una mayoría de centroderecha en el Parlamento Europeo, que parecía descabellada hace un año, es más cercana. Lo que pase en España será importante para nuestra visión de Europa.

P. Da la sensación de que toda la política está a la espera de lo que pase en 2024. ¿Ese es el horizonte?

R. Claro, una gran parte de la política nacional dependerá de las elecciones de Europa: el tema de los coches, de la vivienda… Tener una mayoría menos inclinada ideológicamente a la izquierda, contra el mercado, contra la industria, será importante.

El ministro italiano considera "más cercana" una mayoría de centroderecha en el Parlamento Europeo en 2024.
El ministro italiano considera "más cercana" una mayoría de centroderecha en el Parlamento Europeo en 2024. Antonio Masiello

P. Meloni y el partido de los Conservadores Europeos (ECR) que preside están cerca de un pacto con el Partido Popular Europeo (PPE). ¿En qué situación deja eso a la Liga?

R. Estamos muy bien donde estamos y trabajamos para hacer crecer nuestro grupo [Identidad y Democracia]. La semana que viene me reuniré con André Ventura, de Chega [el partido portugués de extrema derecha]. Y la esperanza es que el año que viene los electores den al eje de los Populares, los Conservadores y los Identitarios números importantes.

P. Usted quería hacer una fusión de grupos.

R. Los intereses individuales no lo permitieron. Alguno dijo “no”.

P. ¿Meloni?

R. Más que en Italia, algunas delegaciones extranjeras. Y se equivocaron. Una gran familia de derecha tendría más peso.

P. ¿Es consciente de que el rechazo a partidos como Alternativa para Alemania o el francés Reagrupamiento Nacional lo impiden?

R. También Vox hasta el año pasado era percibido así y parecía que no podía formar parte de nada. Y ahora estarán en bastantes gobiernos locales. Pero mi amistad política es con los franceses, los austriacos… a los alemanes les conocemos menos. Todo el mundo es útil, pero nadie indispensable. Espero que el Partido Popular decida de una vez de qué parte estar. Y para eso el voto español será muy importante.

P. Las recomendaciones semestrales de Europa atacan a Italia en tres aspectos: reforma fiscal, pensiones y autonomía. Tres pilares de la Liga. ¿Puede crear problemas en la coalición?

R. Que Europa se ocupe de autonomía es surrealista: cada país se organiza como quiere. En la flat tax [tipo único del IRPF] seguiremos adelante: no hay advertencia posible. Y sobre las pensiones, tenemos una media de edad de jubilación más alta que la europea. Sabemos perfectamente lo que hacemos.

P. Da la sensación de que ni ustedes mismos creen que puedan cumplir los plazos de Bruselas para cobrar los fondos de recuperación.

R. No es así. Lo importante es gastarlos bien [muestra un dosier con tablas y proyectos]. Pero si algunos capítulos no podemos ejecutarlos antes de 2026, aplicaré esa financiación a otro proyecto.

P. ¿Van a construir el puente sobre el Estrecho de Messina?

R. Sí, claro. Pero no se usarán esos fondos. Le invito a ver la puesta de la primera piedra, el verano que viene. La idea es que esté terminado en 2032.

P. Tendría gracia que usted, viejo gran exponente de la Liga Norte, termine haciendo la obra más relevante del sur de Italia.

R. Liquidaremos 50 años de promesas incumplidas al sur. Pero es una ventaja competitiva para toda Italia: puertos, aeropuertos, empresas. Un movimiento autonomista unirá al país.

P. Su Gobierno ha reformado la pública RAI en un modo ideológico. ¿Le parece bien?

R. Nadie ha echado a nadie. Algunos presentadores que cobraban millones de euros se irán a televisiones privadas a ganar lo mismo. Es una democracia y se van. E Italia sobrevivirá. Equilibrar la oferta cultural me parece justo, dar voz a todos. La izquierda no tiene ninguna superioridad cultural, aunque haya alguno que piense que para hacer cine, teatro, poesía hay que ser de izquierda.

P. Suena a reivindicación ideológica.

Matteo Salvini
Salvini considera que las travesías que realizan los migrantes por el Mediterráneo son "viajes organizados" y habla de revisar las normas de rescate internacional. Antonio Masiello

R. Es igualdad de oportunidades. Si hay un director de cine bueno o un escritor no le pido si es de derecha o izquierda. Habrá apertura.

P. La inmigración fue clave en campaña electoral. Usted y Meloni son los más duros en este sentido. Pero los datos este año se han cuadruplicado.

R. Son dramáticos. Estamos al comienzo del verano y nos arriesgamos a cerrar el año con cifras muy altas.

P. Usted pidió la dimisión de la exministra de Interior Luciana Lamorgese por mucho menos.

R. Lamorgese se rindió totalmente. El ministro [Mattero] Piantedosi viaja ahora por toda Italia trabajando y estamos aprobando nuevas normas. Pero si Europa no interviene, con el caos de Túnez y Libia, Italia no lo logrará. Ni siquiera con normas más restrictivas.

P. ¿No ha cambiado nada?

R. Europa hacía poco entonces y ahora. Pero entonces no había este caos en el norte de África. Y yo, mientras tanto, voy a juicio cada semana con esa ONG española [Open Arms] que, en lugar de quedarse en su país, viene al nuestro. Tenemos el problema de asociaciones privadas que gestionan el tráfico en Italia.

P. ¿A quién se refiere? ¿A las ONG?

R. Sí, es algo que no sé si existe en otros países.

P. Diría que más bien hacen un trabajo de rescate y salvamento de vidas.

R. Una parte del fenómeno lo gestionan ellos. Un rescate es cuando hay un naufragio imprevisto. Eso son viajes organizados y financiados. Y con ese dinero, los traficantes compran armas y droga.

P. ¿Se podía haber evitado el naufragio de Cutro (Calabria) donde murieron 94 personas?

R. Frontex, la Guardia Costera y todas las autoridades confirmaron que hicieron lo posible y lo imposible. Nadie evitó cumplir con su deber.

P. Frontex avistó el barco pasadas las diez de la noche, horas antes del naufragio.

R. Nadie señaló ningún riesgo inminente. Los marineros salvan las vidas al margen del gobierno de turno. Y ahí Frontex, evidentemente, no había señalado riesgos inminentes. Si no, la Guardia Costera o la Marina italiana habrían intervenido.

P. ¿El problema original, entonces, fue de Frontex?

R. He leído las actas. Si la barca parte de Turquía, pasa por otros países y llega a Calabria… En fin. Pero rechazo pensar que un marinero no salve la vida de alguien si sabe que está en peligro. Y evidentemente no se advirtió de un peligro de muerte.

P. ¿Por qué hay tanta resistencia a aplicar las operaciones de rescate (SAR) cuando se detecta una embarcación de este tipo en lugar de activar, como ahora, operaciones policiales?

R. Porque está probado que son viajes organizados. Un SAR quiere decir que acudo a un rescate por un evento imprevisto. En este caso, los viajes se contratan en Internet: entre 5.000 y 10.000 dólares. Con un punto de partida y duración. Habrá que revisar las normativas de las zonas SAR, son viajes organizados.

P. En el caso de Cutro también fue un naufragio.

R. Sí, pero también un tráfico organizado. Los criminales son los traficantes, no la Guardia Costera.

P. ¿Qué piden que haga Europa?

R. Compartir la acogida. Y luego, el modelo británico: crear centros de identificación y acogida en África. Ese es el objetivo: quien tiene derecho viene y quién no, no. Una frontera del Mediterráneo más al sur. Eso no puede hacerlo Italia sola.

P. Usted fue admirador de Donald Trump y de Jair Bolsonaro. ¿Todavía los ve así?

R. Soy amante de la democracia. Y cuando fueron elegidos y todos los atacaban, yo recordaba que eran hijos de un voto democrático.

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Sobre la firma

Daniel Verdú
Nació en Barcelona pero aprendió el oficio en la sección de Madrid de EL PAÍS. Pasó por Cultura y Reportajes, cubrió atentados islamistas en Francia y la catástrofe de Fukushima. Fue corresponsal siete años en Italia y el Vaticano, donde vio caer cinco gobiernos y convivir a dos papas. Corresponsal en París. Los martes firma una columna en Deportes

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