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“No sabemos lo que va a pasar en tres meses, así que el mejor momento para ser madre es ahora”

Mariana García llevaba 13 años tratando de tener un hijo. Este 2020 ha conseguido quedarse embarazada. Los miedos a la covid han hecho que muchas mujeres tengan dudas a la hora de someterse a tratamientos de fertilidad, pero los especialistas indican que no hay riesgos

Una madre sujeta los pies de su recién nacido.
Una madre sujeta los pies de su recién nacido.unsplash
Nacho Sánchez

Con 38 años, Mariana García acumulaba siete abortos y 13 años de tratamientos para convertirse en madre. En noviembre de 2019 se sometió a una punción ovárica para congelar sus embriones y empezar su tratamiento de fertilidad en enero. Cuando se acercó a su clínica, ya a comienzos de 2020, le dijeron que no podría hacerlo porque se había quedado embarazada de forma natural. Finalmente esta ocasión tampoco tuvo éxito, pero cuando quiso retomar el proceso llegó la pandemia de la covid-19. Los centros de fertilidad cerraron. “Fue como un shock. Te quedas a las puertas y con toda la incertidumbre. ¿Hasta cuándo habrá que esperar?”, recuerda esta malagueña. Entre dudas y miedos, sin embargo, decidió dar el paso adelante en mayo. “Estuve unos días atacada, tienes que poner muchas cosas en la balanza y fue muy difícil decidir”, subraya feliz, ya casi de 30 semanas. “Al final todo lo que hemos pasado ha merecido mucho la pena”, dice Mariana.

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Sus miedos son los mismos que han sufrido buena parte de las mujeres que tenían previsto o ya planificado su tratamiento de fertilidad durante 2020. En marzo, tras el estado de alarma y el confinamiento, había poca información sobre el coronavirus, así que no había apenas nada sobre cómo podía afectar a mujeres embarazadas o sus hijos e hijas. Los centros pasaron casi dos meses con las puertas cerradas, pero luego fueron abriendo y retomando su actividad, solo que con muchas más reservas entre las mujeres y en un entorno mucho más cuidado. “No ha habido ningún brote en ninguna clínica privada de fertilidad ni en ningún área de hospitales públicos”, dice Luis Martínez Navarro, presidente de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF). Esta organización, de hecho, ha elaborado un documento Recomendaciones para la seguridad y reducción de riesgos ante la infección por coronavirus (SARS-CoV-2) en las clínicas de reproducción asistida que se actualiza continuamente -ya va por su quinta versión- donde se recogen todas las medidas a realizar en todo momento por los centros y las buenas prácticas tanto en cada técnica de reproducción como en los laboratorios, la limpieza o el personal.

El doctor Claudio Álvarez es director médico de la Unidad de Reproducción del Centro Gutenberg, en Málaga, uno de los casi 500 servicios de reproducción humana asistida que hay en España. Conoce bien la nueva normalidad de las clínicas, donde surgen más dudas entre las pacientes. “La recomendación es siempre hablar con los especialistas. Está claro que hay pandemia, que puede haber problemas… pero también que la vida sigue”, dice Álvarez. “Además, la base de nuestro día a día sigue siendo la misma, pero ahora con muchísimas más precauciones para los equipos, las pacientes y cualquier proceso que se realiza”, subraya. Eso incluye, desde medidas básicas como mascarillas, higiene periódica, instalación de mamparas o realización de controles de temperatura hasta espaciamiento de las citas para evitar que unas mujeres coincidan con otras en la sala de espera, privilegiar las consultas a distancia y la práctica de pruebas PCR previas a una extracción de óvulos o una transferencia embrionaria. “Las mujeres que han pasado por aquí se lo han tomado muy en serio y son bastante responsables: de las 3.000 pacientes desde finales de mayo, la incidencia de positivos solo ha sido del 0,3%”, indica Álvarez.

Mariana García, de 38 años, embarazada tras varios abortos.
Mariana García, de 38 años, embarazada tras varios abortos.

Para el doctor, el miedo al tratamiento de fertilidad en el contexto de una pandemia “tenía sentido al principio porque entonces apenas sabíamos nada y, por ejemplo, no conocíamos si podía afectar más a mujeres embarazadas”. Sin embargo, con el paso del tiempo no existen estudios que indiquen que sean un colectivo de mayor riesgo de quienes no han llegado al embarazo ni tampoco para sus pequeños. Sí hay investigaciones que indican que las embarazadas con covid tienen “ligeramente” más riesgo de tener bebés prematuros o sufrir ellas mismas complicaciones a causa de la enfermedad. “No ha habido ningún país ni sociedad científica que haya contraindicado gestar durante esta crisis sanitaria. Sea natural o a través de un tratamiento, no debe existir ningún problema”, insiste Luis Martínez, que cree que las posibilidades de contraer la covid-19 es igual para cualquier persona. “Y las mujeres embarazadas se toman muy en serio su salud y la de sus hijos e hijas, así que tienen muchísimo más cuidado”, insiste.

Aun así, los especialistas recomiendan a las mujeres que puedan esperar, que lo hagan. Las mujeres jóvenes, con buenas reservas foliculares pueden hacerlo sin problema, aunque no es lo habitual. En su trabajo como responsable de la Unidad de Reproducción del hospital Virgen de las Nieves, en Granada, Luis Martínez solo ha atendido a una paciente que quería retrasar su tratamiento. “Además, el problema es que no sabemos cuánto habrá que esperar hasta que esté la vacuna, sea efectiva y todo vuelva a ser lo más normal posible”, dice el experto. Más allá, también existe el hándicap de que la inmensa mayoría de mujeres que acuden a centros públicos o privados de fertilidad rondan los 40 años. La fertilidad comienza a caer a los 35 y a los 38 la disminución se acelera drásticamente mes a mes. Posponerlo entonces es un riesgo, porque las posibilidades de embarazo caen en picado prácticamente cada día que pasa. Tampoco pueden esperar las mujeres que se tengan que someter a quimioterapia -que perjudica la función del ovario- y quieran preservar su fertilidad mediante un tratamiento que congele sus óvulos. “Seguridad hay, así que no hay que preocuparse, solo mantener las recomendaciones sanitarias y también las básicas a la hora de quedarse embarazada”, insiste Claudio Álvarez, que incluye una un estilo de vida saludable, dieta equilibrada, actividad física regular o evitar excesos.

Es lo que hace Mariana García, que confiesa seguir sintiendo “cierto miedo” por la evolución de la crisis sanitaria y las incertidumbres que genera, “pero igual que te cuidan primero en la clínica o el hospital, luego te toca cuidarte a ti”. Por eso, está viviendo su embarazo casi en solitario junto a su pareja y prácticamente confinada en casa. Los tres primeros meses los pasó totalmente aislada y después solo empezó a tener un contacto esporádico con su familia, a la que no veía desde hacía 20 semanas. “De marzo a agosto no vi a nadie”, dice. “No quieres obsesionarte, pero es casi inevitable porque al final es difícil de gestionar”, subraya, aunque anima a cualquier mujer que tenga dudas sobre si seguir adelante o posponer su tratamiento a que las aparte y de un paso al frente. “No sabemos lo que va a pasar en tres meses, así que el mejor momento para ser madre es ahora”, concluye Mariana. Este 2020 tan complicado, al final, ha tenido un regalo para ella.

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