Corea del Norte dispara su misil balístico de mayor tiempo de vuelo para informar a los rivales de su “voluntad de contraatacar”
El lanzamiento se produce horas después de que los ministros de Defensa estadounidense y surcoreano condenasen la participación de tropas de Pyongyang en la guerra de Ucrania
Corea del Norte ha vuelto a hacer alarde de su músculo militar este jueves, con su prueba de misil balístico intercontinental más larga hasta ahora. Desafía así una vez más las condenas internacionales en medio de las acusaciones sobre su estrecha colaboración militar con Rusia. El líder supremo norcoreano, Kim Jong-un, ha justificado el lanzamiento como una “acción militar apropiada” que cumple plenamente con el propósito de informar a sus rivales de su “voluntad de contraatacar”, según recoge la Agencia Central de Noticias norcoreana (KCNA).
El disparo del cohete, que teóricamente tiene capacidad para alcanzar territorio estadounidense, se produjo unas horas después de que los ministros de Defensa de Estados Unidos y Corea del Sur, Lloyd Austin y Kim Yong-hyun, reprobasen “con una sola voz” y en los términos “más contundentes” la participación de tropas norcoreanas en la guerra de Ucrania.
El ministro de Defensa japonés, Gen Nakatani, notificó que el misil voló durante unos 86 minutos antes de caer fuera de la Zona Económica Exclusiva de Japón, unos 300 kilómetros al oeste de la isla de Okushiri, en Hokkaido. El ministro señaló que el cohete cubrió en casi hora y media una distancia de 1.000 kilómetros y alcanzó una altura máxima de 7.000 kilómetros, según la agencia de noticias Kyodo. “Consideramos que este misil balístico es el que ha volado durante un periodo de tiempo más largo, además de ser el que más alto lo ha hecho”, explicó Nakatani, quien también apuntó que podría tratarse de “un nuevo tipo de proyectil” norcoreano.
En las declaraciones publicadas por la KCNA, Kim acusa a sus adversarios de “agravar intencionadamente la situación regional” y “suponer una amenaza para la seguridad” de Corea del Norte. Ha sido el propio Kim quien ordenó la prueba armamentística, tras la que se han actualizado los registros de la capacidad de misiles estratégicos de la nación, según un portavoz del Ministerio de Defensa norcoreano citado por la misma agencia.
Los servicios de inteligencia de Corea del Sur habían señalado en la víspera que Pyongyang ha completado los preparativos para realizar un nuevo test nuclear —no lleva a cabo ensayos de bomba atómica desde 2017— y un lanzamiento de misil balístico intercontinental. Asimismo, advirtieron de que alguna de esas pruebas podría realizarse de forma inminente, por la cercanía de las elecciones presidenciales estadounidenses, previstas el 5 de noviembre.
Según cita textualmente la KCNA, Kim ha enfatizado este jueves que su país “nunca cambiará su postura de reforzar sus fuerzas nucleares”. La rapidez con la que la nación más hermética del planeta ha confirmado la prueba es inusual, ya que suele hacerlo —y publicitarlo— un día después.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur detectó alrededor de las 07.10 (hora local) el lanzamiento de un misil desde el interior de Corea del Norte en dirección noreste, hacia aguas japonesas. El tipo de disparo, “con una trayectoria parabólica y un ángulo casi vertical”, según los mandos militares surcoreanos, permite alcanzar mayor altitud y recorrer más distancia de lo habitual.
Críticas a Rusia
El lanzamiento llega horas después de que se celebrase en Washington la 56ª Reunión Consultiva de Seguridad entre EE UU y Corea del Sur. Durante el encuentro, los dos aliados confirmaron y criticaron que Rusia esté formando en su territorio a más de 10.000 soldados norcoreanos, que posiblemente entrarán en breve en combate en la región rusa de Kursk. “Condenamos enérgicamente y con una sola voz que la cooperación militar entre Rusia y la República Popular Democrática de Corea [nombre oficial de Corea del Norte] se haya ampliado más allá de las transferencias de suministros militares, hasta convertirse en un despliegue real de fuerzas”, reza el comunicado conjunto.
La Casa Blanca ha advertido de que el conflicto ha entrado en una nueva fase, ya que esa eventual incursión por primera vez de militares norcoreanos en las filas del bando ruso refuerza las capacidades de Moscú. Seúl, por su parte, interpreta la presencia de tropas norcoreanas en el frente como una amenaza directa para su seguridad nacional, puesto que Corea del Norte ganará experiencia de combate en una guerra moderna. Y, probablemente, el Kremlin le recompensará con transferencia tecnológica para fabricación de armas nucleares tácticas, misiles balísticos intercontinentales y satélites de reconocimiento militar.
Este miércoles, un alto funcionario surcoreano, citado por Reuters con la condición del anonimato, adelantó que Seúl está considerando enviar un equipo de observadores militares a Ucrania para analizar ese previsible despliegue en la primera línea de batalla.
Mientras la relación de Pyongyang y Moscú atraviesa una fase de idilio, los ya de por sí tensos vínculos con Seúl no hacen más que deteriorarse. A principios de mes, Corea del Norte aprobó una reforma de la Constitución en la que se omiten las referencias a una reunificación con su vecino. Tras el cambio, el régimen norcoreano anunció que se disponía a “cortar por completo las carreteras y vías férreas conectadas” y a construir “fuertes estructuras de defensa” en la frontera, bajo el pretexto de bloquear permanentemente “al principal estado hostil y enemigo”. Aunque esas líneas llevan décadas sin utilizarse, destruirlas, como ha hecho en las últimas semanas a través de detonaciones, envía el mensaje de que Pyongyang no está dispuesta a negociar con Seúl. Las dos Coreas continúan virtualmente en guerra debido a que el conflicto bélico de 1950 a 1953 se zanjó con un armisticio en lugar de un tratado de paz.
El lanzamiento de este jueves es el primero de un misil balístico de largo alcance desde el 18 de diciembre del año pasado. No obstante, Corea del Norte ha realizado varias pruebas de proyectiles balísticos de corto alcance en los últimos tiempos. La última, el pasado 18 de septiembre. Entonces, la maquinaria propagandística norcoreana aseguró que se había probado con éxito un nuevo proyectil táctico, capaz de transportar una ojiva de gran tamaño. En esos días, Pyongyang también exhibió su potencial nuclear con las primeras imágenes de instalaciones para enriquecer uranio y el llamamiento de Kim Jong-un a “incrementar exponencialmente las armas nucleares de autodefensa”.
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